Javier Iriondo: «El mayor de los fracasos es una vida sin sueños por miedo a no cumplirlos»
El conferenciante, formador y escritor presenta en Irun su nuevo libro 'Los 10 pasos hacia tu cima personal', un método práctico para empezar a trepar hacia nuestros sueños
- JAVIER GUILLENEA
- SAN SEBASTIÁN
El vizcaíno Javier Iriondo tiene una larga experiencia en fracasos y de ahí ha sacado su fuerza. Triunfó en Estados Unidos como cestapuntista pero la huelga de pelotaris de 1988 convirtió su sueño en pesadilla. Se dedicó después a los negocios y acabó fracasando. «He perdido la cuenta de las veces que me ha pasado», dice. Ahora es conferenciante, formador y escritor de varios libros en los que ha plasmado sus experiencias. Hoy presentará en Irun, dentro del Aula DV, su última publicación: 'Los 10 pasos hacia tu cima personal'. La charla se celebrará a las 19.00 horas en la biblioteca CBA.
- ¿El mundo está lleno de fracasados?
- Puede que eso sea lo que desde las multinacionales y el marketing se quiere transmitir, pero yo creo que no.
- ¿Está lleno de gente que no ha cumplido sus sueños?
- Esa sensación se produce en muchos casos porque la gente compara lo que le habían vendido, el sueño de una vida tranquila, estable y previsible, con la vida que lleva. Les dijeron que estudiasen para tener un buen trabajo fijo y de repente se encuentran con que el mundo ha cambiado y no tiene nada que ver con lo que les habían vendido.
- ¿Vivimos engañados?
- Nos están vendiendo que para ser feliz tienes que triunfar y el triunfo no es ninguna garantía de felicidad. Tú puedes tener un triunfo total económico y profesional pero a la vez estar amargado de la vida. Cada uno tiene que determinar cuál es su triunfo, su éxito. La pregunta que uno tiene que hacerse es qué es la felicidad para él, porque puede ser muy distinta que para el resto. Si creemos que la felicidad es conseguir una serie de cosas nos pasaremos toda la vida persiguiendo algo, el trabajo perfecto, la casa perfecta, la pareja perfecta... Siempre nos falta algo, no es bastante, nunca llegas, nunca es suficiente y entonces te sientes incompleto. A lo mejor pondrán en tu tumba 'aquí yace uno que iba a ser feliz mañana', porque ese día no llega, porque cuando consigues lo que querías te das cuenta de que te sigue faltando algo.
- ¿No es mejor no soñar y dejar que la vida nos alcance en lugar de ir a buscarla?
- También te podrías quedar en la cama para el resto de tu vida y no vas a tener ningún problema. ¿Qué le mueve a usted en la vida?
- No lo sé.
- Cada uno tiene que plantearse si quiere vivir o sobrevivir. Cuando hablamos de sueños no estamos hablando de tener que demostrar algo al mundo o conseguir grandes cosas. Un sueño puede ser simplemente cuidar de la mejor manera a tu familia o ver en qué clase de persona te puedes convertir. Los sueños son energía, es aspirar a algo que sea positivo, que te dé ilusión.
- ¿No son peligrosos?
- En muchas ocasiones no nos atrevemos a tener sueños por el miedo al fracaso, al qué dirán, a no ser capaces de conseguirlo, pero el mayor de los fracasos es una vida sin ninguna ilusión, sin ninguna aspiración, sin ningún sueño por miedo a no cumplirlo. Que lo consigas o no al final no es tan importante, lo importante es que eso te va a dar energía y te va a obligar a enfrentarte a retos y a miedos, a crecer como persona. Lo importante no es lo que logras sino la clase de persona en la que te conviertes.
- ¿Cuántas veces ha fracasado usted?
- Muchísimas, he perdido la cuenta. El fracaso es inevitable, yo no creo que exista un ser humano que no lo haya hecho. Si no has fracasado es porque no has intentado absolutamente nada. La gran diferencia es cómo se asume ese fracaso, si lo conviertes en un látigo para fustigarte, para ser una víctima y pensar que todo lo malo te pasa a ti, o si coges ese fracaso para preguntarte qué puedes aprender de eso. Lo conviertes así en una lección y cambias su significado.
- ¿Una vez conocido ya no te importa tanto volver a fracasar porque sabes que se puede salir?
- Exacto.
- ¿Es una especie de vacuna?
- En mi libro transcribo una parte del discurso que en 2008 pronunció en Harvard J. K. Rowling, la autora de Harry Potter. Ella habló de su sufrimiento, de cómo había fracasado. Se había divorciado, lo había perdido todo, estaba en la indigencia y solo tenía a su hija y una máquina de escribir. Sus padres la habían educado toda su vida en un miedo absoluto a no valer, le habían metido el miedo en el cuerpo. El día en que fracasó, perdió todo y tocó fondo dejó de tener miedo porque lo que temía se hizo realidad y vio que aún estaba viva, que no era tan dramático como imaginaba.
- ¿Hay esperanza en el fondo del pozo?
- En muchas ocasiones el miedo al sufrimiento y al fracaso es mucho peor que el sufrimiento y el fracaso. Una vez que la situación es real, te enfrentas a ella y la superas. El problema es vivir toda la vida con ese miedo. En muchas ocasiones tocar fondo se convierte en un trampolín para salir adelante.
- ¿Usted es feliz?
- No me lo pregunto demasiado porque no es algo que haya perdido. A veces la felicidad es simplemente la ausencia de emociones destructivas. Yo me considero feliz a mi manera. Hay muchas maneras de felicidad, pero para mí es más importante la plenitud porque el concepto de felicidad y de lo que hay que hacer para ser feliz está corrompido. Vivimos en un mundo en el que hay que tener apariencia de felicidad y estar todo el día riéndose. Todo tiene que ser positivo.
- Esto me recuerda a las redes sociales. Los que muestran sus fotografías siempre están riéndose y parecen disfrutar de la vida. Cuando veo esas imágenes pienso que todos son más felices que yo.
- Esto es una enorme verdad. En el mundo virtual la gente siempre pone una foto en la que está sonriendo. Si llegas a un lugar donde todo el mundo está con cara seria y mustia, sacas el móvil y dices foto, y todos pondrán su mejor sonrisa. Al día siguiente la imagen saldrá en las redes sociales para demostrar al mundo lo feliz que somos porque parece que la sociedad te obliga a demostrarlo. Lo que pasa es que luego te levantas por la mañana y te preguntas lo que está pasando con tu vida. En internet hay muchos filósofos de frases bonitas, una exaltación de la positividad donde parece que estar constantemente feliz es una obligación. Lo peor del mundo es tener la obligación de ser siempre feliz. Comportarte como quien no eres es una manera de ser infeliz.
- ¿Cómo puedo ser feliz con la gente que me rodea?
- La cuestión es que usted tiene que ser feliz independientemente de la gente que le rodea y no hacer que su felicidad dependa de los demás. Tú puedes crear el cielo en el infierno y convertir el infierno en un cielo, pero tienes que asumir tu responsabilidad.
- ¿Cómo sé que el sueño que persigo es el correcto?
- Esa es una pregunta que cada uno tiene que responderse a sí mismo. Lo importante es que no sea un sueño que te hayan vendido los demás, algo que la sociedad te dice que es lo que deberías querer. El sueño puede ser olvidarte de todo y viajar por el mundo, aprender a tocar el piano, escribir un libro, crear una ONG..., no lo sé, pero cada uno tiene que buscar lo que realmente le ilusiona.
- ¿Y cómo sé que he llegado a la cima?
- Si tú crees que ya has llegado tienes un problema, es como cuando los miembros de un equipo se creen los mejores, ese día empiezan a perder. Una de las necesidades más importantes del ser humano es la de seguir evolucionando como persona, de seguir aprendiendo porque eso te da una sensación interior de sorpresa, de que estás elevando tu nivel de comprensión. Si crees que has llegado y dejas de aprender te quedas atrás porque el mundo sigue avanzando. La cima es ser consciente de estar bien contigo mismo, pero nunca puedes dejar de caminar.
- ¿Eso significa que desde lo alto de la colina se ven más colinas?
- Nelson Mandela dijo que cuando llegó a la cima vio que había muchas más cimas. Lo importante no era llegar arriba sino nunca dejar de caminar.
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