José Antonio Santano y Cristina Laborda. / Ayuntamiento de Irun
En la segunda mitad del año 2017 el Ayuntamiento de Irun abrió un proceso de participación para decidir los usos futuros de las parcelas que dejan libres la subestación eléctrica (ya desmantelada) y el antiguo parvulario en Larreaundi. En esta iniciativa, compartido con vecinos del barrio, también se incluyó una reflexión sobre la ordenación de la calle Iñigo de Loyola.
Desde el principio, el proceso de participación diferenció dos ámbitos o parcelas que se desarrollarían por fases; una primera en el entorno de la subestación y otra en la del parvulario. Fruto de las aportaciones recibidas, el pasado mes de febrero se presentaron las diferentes opciones o alternativas con las que el Ayuntamiento de Irun trabaja para la primera fase, la correspondiente a la parcela de la subestación. El planteamiento para este caso es el de habilitar una zona de estancia con bancos y jardines además de unos juegos para el ocio y disfrute de las familias con aparatos de juegos infantiles; todo conectado con unas pequeñas escaleras y rampas salvando el desnivel que se encuentra en la calle San Francisco Javier, de fuerte pendiente.
El alcalde de Irun, José Antonio Santano, y la delegada de Vía Pública y Obras, Cristina Laborda, se han referido este jueves al segundo ámbito, que se acometería después de desarrollar la parcela de la subestación. Ya en la última sesión celebrada en el barrio dentro del proceso de participación se adoptó el compromiso de incorporar nuevas peticiones de la ciudadanía a los usos de esta segunda parcela, principalmente equipamientos y aparcamiento.
«El poder destinar todo este entorno a nuevos usos para disfrute del barrio era una cuestión pendiente que teníamos con Larreaundi. El desmantelamiento de la subestación ha permitido que todo esto poco a poco empiece a ser una realidad. Teníamos el compromiso de hacerlo de la mano de vecinos de Larreaundi y tras escuchar sus opiniones tenemos ya propuestas concretas», explicaba José Antonio Santano.
600 metros cuadrados
La parcela del parvulario tiene alrededor de 600 metros cuadrados que se propone destinar al aparcamiento, que era una de las peticiones más destacadas de los vecinos y la posibilidad de conjugar con otros usos que permitan por ejemplo habilitar un equipamiento social de barrio y una oferta que se tendría que definir y que iría dirigida a jóvenes adolescentes dando cabida por ejemplo desde una zona de ejercicio ‘work-out’ similar a la que hay en Gain Gainean hasta la práctica del parkour.
Con el desarrollo de estos dos ámbitos, quedaría a continuación seguir con la reflexión abierta para definir junto a vecinos del entorno el futuro de la calle Iñigo de Loyola. «Queremos que esta calle puede mejorar a la par que todo este entorno con nuevas oportunidades para el barrio. Estamos dando ya los primeros pasos con las ayudas para la instalación de ascensores y queremos seguir ese camino contando con las opiniones de los vecinos», apuntaba Santano.