El G-7 atasca el paso a las 4.000 personas que cruzan la frontera para ir a trabajar
«No sé si librar viernes y lunes», sopesa una vecina de Hendaia con su puesto en San Sebastián
La cumbre del G-7 no solo ha trastocado los planes de quienes querían aprovechar el fin de semana para pasar el día al otro lado de la muga o de aquellos que regresan de sus vacaciones y a los que la vuelta se les va a hacer más tediosa de lo que ya es de por sí, sino que está obligando a miles de trabajadores que a diario cruzan en ambos sentidos la frontera a buscar una alternativa para poder llegar a sus puestos de trabajo.
Son miles los ciudadanos que pasan de un país a otro por este motivo cada día, pero con la línea divisoria entre España y Francia bloqueada por la cumbre que se celebra en Biarritz a partir de mañana, no queda más remedio que buscar un plan B. Unos optan por trabajar desde casa, otros por tirar de contactos e instalar su campamento base en el lugar en el que trabajan, algunos por cruzar hasta Ficoba a pie y allí coger el Topo, conscientes de que la situación es excepcional y que si se llega con retraso está más que justificado. Hay quien no tiene más remedio que tirar de días de vacaciones.
Según datos de la Eurorregión Nueva Aquitania, Euskadi, Navarra (NAEN) son unas 4.000 las personas que pasan a diario la frontera para trabajar. Pese a que ese salto se produzca en ambas direcciones, la mayoría son guipuzcoanos que optaron por trasladar su lugar de residencia a Hendaia como consecuencia de un boom inmobiliario que encareció considerablemente los precios en Euskadi y que convirtió esta localidad gala en un lugar atractivo y más asequible para acceder a una vivienda.
Ana González es una de las afectadas por la cumbre, aunque reconoce que el pavor con el que llegó hace unos días de vacaciones por la alarma generada se ha disipado casi por completo al ver que la circulación es mucho más fluida de lo que imaginaba. «Tras los atentados de París la frontera estuvo mucho peor, ahora hay mucha policía pero de momento se circula con bastante normalidad. Veremos qué pasa», comenta.
De hecho, tiene varias opciones en mente que escogerá en función de cómo avance la situación. «Pensé en quedarme en casa de mis suegros, pero tal y como está ahora la frontera volveré a casa», señala. Es consciente de que las mayores complicaciones se sucederán de viernes a lunes, por lo que esta mujer de 42 años que trabaja en Donostia desde hace quince años, los mismos que lleva residiendo en Hendaia, valorará entre «cogerme los dos días libres y compensarlo trabajando más horas otros días» o «cruzar andando hasta Ficoba y coger allí el Topo, tardaré como una hora en llegar al trabajo, pero no hay más opción», reconoce.
Diferentes opciones
Esti Arrillaga, también residente en la localidad francesa, ha optado por quedarse a dormir el viernes y el domingo en casa de sus padres en Errenteria «para estar más tranquila y asegurarme que voy a poder llegar a trabajar», aunque también barajó la posibilidad de quedarse en casa de una compañera que también le ofreció una cama.
Trabaja en un comercio del Centro de San Sebastián a turnos. El viernes entra a las 15.00 horas, pero el lunes a las seis de la mañana y desde luego que no son horas para empezar a hacer experimentos. «El sábado sí que me gustaría volver a dormir a mi casa, pero el viernes y el domingo me quedaré en Errenteria». Esta mujer de 44 años ya tardó el pasado sábado algo más de dos horas en llegar a su domicilio. «Me hicieron salir en Oiartzun, ir por Ventas... Y ya había policía francesa en muchos puntos, así que no me quiero imaginar la que se montará el fin de semana». Comenta que hace un mes le dieron un «panfleto» en el que se recomendaba evitar el paso fronterizo entre el 23 y el 26 de agosto, «y ¿qué hago, paso volando?», pregunta con sorna esta errenteriarra, que subraya que sus impuestos los abona en Francia. «Esta cumbre nos está trastocando a todos y desde luego no son las fechas más indicadas», critica.
La situación inversa es la que vive Peio Blanco. Él reside en Tolosa desde hace algo más de un año, pero se desplaza a diario a su puesto de trabajo como informático en una empresa ubicada en Bidart. Por suerte termina su periodo vacacional el domingo y únicamente se verá afectado el lunes. «En mi caso puedo trabajar desde casa y es lo que haré, pero son fechas en las que se celebran reuniones importantes y tengo compañeros a los que no les quedará más remedio que aplazarlas». Este irunés de 47 años coincide con Ana González en que desde los atentados de París, la presencia policial en la frontera es constante. «Es cierto que estos días hay más, pero por desgracia, a los que pasamos por ahí a diario ya no se nos hace raro», apunta.
María González, en cambio, ha optado por cogerse dos días de fiesta en su peluquería ubicada en Irun, ya que desplazarse desde Hendaia le va a suponer un auténtico quebradero de cabeza. Reconoce que no le hace demasiada gracia «perder» esas dos jornadas, pero haciendo un balance entre ganancias y pérdidas «es la mejor opción para evitar líos».
Al margen de lo que vaya a suceder entre mañana y el lunes, estos vecinos de Hendaia confiesan que las afecciones llevan semanas sintiéndose. Desde bares y comercios que cierran «no sé si por temor a represalias por la contracumbre o por mostrar su rechazo al G-7», señala Esti, hasta calles vacías o una conexión a internet «muy limitada debido a los inhibidores de frecuencia», se queja Ana. Peio, por su parte, advierte de que los medios nacionales no han alertado de la cumbre «lo suficiente y muchos de los que vienen del Magreb o Portugal se van a encontrar con todo el follón».
Un carril reversible en la AP-8 en caso de emergencias
La frontera de Biriatou lleva seis jornadas consecutivas con retenciones en la AP-8 a la altura de Irun en sentido Baiona y se prevé que los atascos aumenten durante el G-7. Por eso, el Departamento de Seguridad habilitará un carril reversible en sentido Bilbao en esta carretera en caso de emergencias sanitarias. Este, que sería el tercero de los carriles de esta vía, solo se pondrá en marcha si ocurre alguna incidencia, como un cierre de fronteras. Bidegi, por su parte, también habilitará una zona de descanso y aparcamiento de turismos en el área de servicio de Aritzeta de cara a las posibles retenciones. En la jornada se ayer se volvieron a generar retenciones en la frontera, con colas de ocho kilómetros de vehículos atascados en Biriatou a última hora de la tarde, siguiendo la dinámica de las jornadas anteriores. Tráfico insistió ayer a todos los conductores que eviten los pasos fronterizos de Euskadi y Navarra, y que sigan las indicaciones de los agentes.
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