IRUN
50 años de amarillo y azul
Fotografías, vídeos, camisetas, trofeos... la exposición del 50 aniversario del Bidasoa recupera la esencia de lo que el club ha sido y es
22.11.12 - 01:20 -
VÍDEO
Doble presentación. Sodupe, presidente del Bidasoa; Domínguez, responsable de la ONCE; y Santano alcalde de Irun, sostienen el cupón dedicado al aniversario del club. :: F. DE LA HERA
Fernando Bolea. El actual entrenador observa la mesa de trofeos, muchos de los cuales ayudó a conseguir como jugador del club.
Artífices. José Mari Castillo y Fernando Morondo son dos de los responsables de la muestra que puede visitarse desde ayer en la Caja Laboral.
Desde aquellos primeros héroes del Uranzu descubierto, hasta ser el mejor equipo del mundo en 1995 con certificado doble de liga y Copa de Europa. Desde los tiempos en los que no había ni vestuarios, hasta las modernas instalaciones que se estrenaron en Artaleku en un 1987 premiado con la primera liga. Desde la modesta copa de campeón de Gipuzkoa de la temporada 67-68, hasta el robusto trofeo de la Supercopa de Europa del 98, último gran título de un extenso palmarés. Desde los dubitativos primeros pasos de un deporte que llegaba a la ciudad hace cincuenta años hasta el gran día de celebración de las bodas de oro el pasado mes de junio en el que miles de fieles seguidores le devolvieron al Club Deportivo Bidasoa algo de lo mucho que éste les ha ido dando.
Cincuenta años de vida dan para mucho. Han dejado «momentos dulces y amargos», como reseñaba ayer el actual presidente del club, José Ángel Sodupe, cuando presentaba en la sala de la Caja Laboral una exposición que quiere ser resumen, emotivo resumen, de esa vida tan intensa que durante cinco décadas ha vivido la familia bidasotarra. El propio Sodupe admitía que en la muestra se ha incidido más en lo dulce que en lo amargo, pero no se han obviado malos tragos como aquel duro golpe (arbitral) en Alemania que privó al club de su primer título europeo; ni, por supuesto, el difícil momento de perder la máxima categoría en 2007, recogido en un recorte de EL DIARIO VASCO firmado por Iñigo Aristizabal bajo el titular «Hasta luego Asobal».
Porque aunque las fotografías predominan en la exposición gracias al generoso trabajo de Jose Mari Castillo y Juanma Santamaría, no son lo único que la componen. Páginas de periódico, carnets de socio, revistas dedicadas a aquel mágico Elgorriaga Bidasoa y camisetas históricas de jugadores emblemáticos adornan una exposición lucida y llena de sentimiento. Y como no hay paredes suficientes para narrar los 50 años de vida de un club que ha conseguido tanto, dos vídeos, uno exclusivamente fotográfico y otro que recoge imágenes televisivas históricas, completan la narración. Por último, aunque en la exposición ocupa, desde luego, el privilegiado espacio que recibe al visitante, está la mesa de las copas: las de liga, las del Rey, la de Asobal y las europeas: Copa y Recopa. Y con ellas otros títulos menores, que no poco importantes, pero que dificilmente pueden resistir la comparación con los que representan el techo de este deporte tanto en el panorama nacional como en el continental.
«Motor de ilusión»
La exposición permanecerá abierta hasta el 2 de diciembre, el mismo día en el que la ONCE sorterá un premio de 6.000 euros al mes durante 25 años y 3 millones al contado para el que se han puesto a la venta 5 millones de cupones dedicados a este aniversario bidasotarra. «Llevaremos la imagen del Bidasoa, y con ella la de Irun, por todo el Estado», anunciaba Javier Domínguez, presidente del consejo territorial de la ONCE en Euskadi. «Sería precioso si además diésemos el premio por aquí», deseó.
La doble presentación de exposición y cupón estuvo apadrinada por el entrenador y el capitán de la actual plantilla, Fernando Bolea y Asier Aranburu, respectivamente, varios miembros de la Comisión del 50 aniversario del club y el alcalde de la ciudad, José antonio Santano. «La ONCE es un motor de ilusión. Es su lema y además, mucha gente lo percibe así. También el Bidasoa tiene que ser motor de ilusión». Santano recordó que «es un club muy querido. La ciudad lo ha acompañado en sus grandes éxitos y también lo ha respaldado en los momentos duros. Siempre hay baches en la historia y hay que saber salir, y estamos viendo que para conseguirlo, toda la ciudad arrima el hombro. Ahora, vemos que la llama empieza a prender y como 50 años no son más que un comienzo, creo que los tiempos gloriosos de este club pueden volver si las cosas se hacen bien, con apoyo social, modestia y prudencia. En aquellos comienzos en el Uranzu, tampoco pensaba nadie que el Bidasoa sería un día campeón de Europa».
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