Para dar una clase magistral de economía no hace falta un máster en una universidad americana o un púlpito en un paraninfo. Basta con contar con buenas dosis de sentido común, que, ya lo decía Voltaire, es de todo menos común. Lo demostraban dos abueletes de uno de esos pueblos de la España profunda abocados a la desaparición que filosofaban hace cinco años sobre la vida moderna en un reportaje que nunca salió a la luz... hasta hoy. Y ahora lo hace para demostrar que eso de la sabiduría popular es algo más que un tópico, y que las cosas nos irían bastante mejor si hubiésemos seguido la voz de la experiencia y la sensatez.
Isidro Ciriano y Moisés Casi Nadie, los dos viejetes de Valdegeña, Soria, charlaban sentados al sol, la boina calada y la cachava en la mano. Recordaban su paso breve por la escuela, su juventud dedicada al pastoreo, el hambre, la miseria. «¿Al colegio yo? Nada, y como yo muchos. No como ahora, que se pasan 30 años estudiando. Era trabajar al campo, de pastores, a segar, a no ganar nada. Una vida más mala que la leche, no había pa comer», dice Isidro. «Yo no tengo recuerdos buenos de aquello, todos malos. Ahora es cuando estamos mejor, y estamos solos. La gente joven se ha ido del pueblo y en invierno solo quedamos los viejos», tercia Mosiés. «Y el día que nos vayamos nosotros, esto queda para los lobos. Porque ahora se vive bien, lo que pasa es que no se conforma la gente. Yo vivo mejor que nunca porque antes era un martirio, eso no era vivir. Y eso que cobro poca pensión, pero estoy loco de contento».
Hoy en día, en cambio, dicen, la juventud sólo sabe derrochar. «Un cubalibre, 700 pesetas. ¡Échense un trago de agua, y 700 pesetas que se han ahorrado! Y luego que no tienen... ¿Qué van a tener? Piden 40 millones de un piso y se creen que 40 millones salen de la gorra. Y luego como no lo pagan, al embargo. Y esto va a terminar mal... ¡Esto va a terminar muy mal, eh!», termina Isidro, admonitorio.
Su compañero remacha con otro ejemplo. «Cuando hicieron el puente, le digo yo al obrero: vaya coche que lleváis. ‘Sí, pero no es mío’. ¿Entonces de quién es?, le pregunto. ‘Del banco, tres millones y medio me ha costado, y ahora tengo cinco años para pagarlo’. Pues yo te digo la verdad, yo si no tengo el dinero no lo compro. Me estoy sin él».
Cinco años después de aquella conversación, que surgió espontáneamente mientras Olga Latorre y Juan Zarza realizaban un reportaje por tierras sorianas, sus palabras se han revelado proféticas. Hace tres semanas, Zarza colgó la conversación en el canal oficial de su productora, ShowU, en Youtube. Su éxito ha sido bestial, y muchos lamentan que los dos viejos pastores no dirijan los destinos de la nación. Preparación no les falta, aunque carezcan de títulos. «Economía no hace falta estudiar, eso es bien cierto», razona Isidro. «El hombre que gane cinco duros, que se gaste uno. Ya está la economía. Pero si el hombre que gana cinco duros se gasta seis, ya se ha jodido la economía». Puro sentido común. Y una última advertencia: «De lo malo a lo bueno se va bien, pero de lo bueno a lo malo... ¡Ay, qué mal se va a ir! Y es lo que va a venir, es lo que va a venir...».
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