«Los mayores sanos no tienen peor memoria que un adulto de 50 años»
El próximo miércoles, dentro del Aula DV, presentará en el Museo Oiasso su libro 'La memoria: guía para su conocimiento y práctica'
- MARÍA JOSÉ ATIENZA
- IRUN
El Aula DV regresa el próximo miércoles, día 26, a Irun. El Museo Oiasso acogerá, a partir de las 19.30h, la presentación del libro 'La memoria: guía para su conocimiento y práctica', del que es autor el doctor en Psicología y profesor emérito de la Universidad de Deusto Enrique Pallarés Molins. Al igual que las anteriores obras de este psicólogo, como 'Vivir con menos ansiedad. Manual práctico' o 'La autoestima. Cómo cultivarla de forma sana', su nuevo libro es comprensible para el lector no especializado, ofrece información actualizada sobre el tema que trata y responde a muchas de las preguntas que habitualmente nos hacemos, en este caso sobre la memoria. Además, aporta estrategias y técnicas para mejorarla.
-¿Cómo evoluciona nuestra memoria a lo largo de la vida? ¿Recordamos más o menos de niños, de jóvenes, de adultos...?
-De los primeros años de la vida tenemos muy pocos recuerdos fiables. No es que sea un corte radical, pero normalmente, hasta los 5 años, los recuerdos son realmente escasos. Para esto, hay explicaciones de tipo psicoanalítico y otras, que me parecen más convincentes, de tipo biológico-neurológico. Se suele decir que de la etapa de la vida de la que más recuerdos se tienen es del periodo que va de los 10 a los 30 años. Luego, sobre la memoria de los mayores suele haber malentendidos. Se piensa que toda persona mayor, por el hecho de serlo, tiene la memoria deteriorada. La verdad es que no es así. Si exceptuamos a quienes sufren algún tipo de demencia, las personas mayores sanas no tienen peor memoria que un adulto de 40 o 50 años. En el libro, salgo al paso de esa idea tan generalizada que tenemos de que a partir de los 60 se pierde la memoria. Es una idea que no tiene demasiado fundamento en las personas sanas. Lo que ocurre es que la persona mayor interioriza esta idea y a veces cree que ha perdido la memoria, simplemente porque no se acuerda de algo y no se concede el derecho que se conceden los jóvenes a tener olvidos.
-Hace años se estudiaban las lecciones de memoria. Ahora, la memoria está desprestigiada para el aprendizaje.
-Está desprestigiada, pero yo no suprimiría su práctica y ejercicio. Las cosas que aprendimos de memoria nos son útiles muchas veces. Ahora dicen que no hay que aprender de memoria. A mí me parece un error. Se dice que no hace falta que los chicos aprendan de memoria, porque lo tienen todo en Internet. Pero yo creo que tenemos que saber las cosas. No podemos dejarlo todo en manos de la tablet. Yo no me fiaría de un médico que tuviera que consultar continuamente el ordenador para saber por qué me duele algo y qué tratamiento tiene que dar. Así pues, 'de memoria', sin entender ni comprender, por supuesto que no. Precisamente, uno de los principios para mejorar la memoria es comprender, dar sentido a lo que luego quiero recordar.
-¿Qué importancia tiene el sueño para fijar la memoria?
-El dicho 'Lección dormida, lección aprendida' es verdad. El sueño es importante antes de aprender algo y después de aprenderlo. Antes, porque en estado de fatiga no prestamos atención, no nos concentramos y nuestro funcionamiento cognitivo, en general, se deteriora cuando no hemos dormido lo suficiente. Y después, tiene gran importancia porque durante el sueño se consolidan los recuerdos, desde el punto de vista fisiológico.
-Además de la recomendación de dormir bien, usted aporta en su libro técnicas y estrategias para mejorar la memoria.
-Sí, en el libro me centro más en eso, en la parte de mejora de la memoria. Uno de los puntos para mejorarla es conocerla lo mejor posible. Así como nos gusta conocer los países que visitamos o tener información de lo que pasa en el mundo a través de las noticias, ¿por qué no vamos a tener información sobre lo que pasa en nuestra cabeza? Yo creo que es muy importante. Este conocimiento favorecerá que utilicemos estrategias más adecuadas. Otra estrategia muy importante es prestar atención y mantener la atención. Muchas veces atribuimos a fallos de la memoria lo que en realidad ha sido un fallo de atención. Cuando dices: ¡qué memoria tengo que no sé dónde he dejado las llaves! Lo que te ha pasado es que no has seguido la pauta de dejar siempre las llaves en el mismo sitio y las has dejado en cualquier lugar , sin prestar atención. Prestar atención supone que nos interesa lo que tenemos que recordar. Luego hay otra recomendación, sobre todos para los estudiantes: Que no tiendan a concentrar el aprendizaje en los días anteriores al examen. No digo que no se haga al final un pequeño sprint, pero sin dejarlo todo para el final.
-También recomienda utilizar la ayuda de las imágenes.
La ayuda de las imágenes es muy importante. No es lo mismo acordarte de lo que tienes que comprar con una lista de palabras, que ir visualizando los productos cuando vas haciendo la lista e incluso visualizar el itinerario que tienes que seguir en el supermercado. La imaginación es una ayuda que se ha utilizado para la memoria desde hace siglos y sigue siendo verdadera, combinada con otra estrategia que es el relacionar unas cosas con otras; establecer relaciones y asociaciones entre los elementos que quiero aprender. Combinando las imágenes y el establecimiento de relaciones surge el popular método de los lugares. Por supuesto, hay otras estrategias. Las más importantes y prácticas, las desarrollo en el libro y de algunas de ellas hablaré en la conferencia. Sin dejar de lado la estrategia de anotar y otras ayudas físicas. El dibujo de la portada de mi libro es precisamente un taco de post-it.
-Así como hay estrategias para reforzar la memoria, ¿las hay para olvidar?
-Hablamos siempre de fortalecer la memoria, pero también hay que hablar de cómo saber olvidar, porque hay cosas que preferimos no recordar. Ribot, un especialista francés, decía lo siguiente: 'El olvido, salvo en ciertos casos, no es una enfermedad de la memoria, sino la condición de su salud y vida'. El olvido no siempre es malo. En el libro, incluyo el aprender a saber olvidar cosas del pasado. No se trata de olvidarlas a fuerza de voluntad, porque si tú te empeñas en olvidar una cosa, quizá la recuerdas más. Hay experiencias de la vida que no son positivas y hay que saber colocarlas en su sitio. El pasado no se puede cambiar, pero sí se puede cambiar nuestra actitud ante las cosas del pasado que no han sido positivas. 'No somos esclavos de nuestro pasado', decía el psicólogo austriaco Alfred Adler. Lo podemos volver a interpretar, asimilar, poner en su sitio.
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