Unidos para afrontar la realidad
El espacio abierto Korapilatuz reúne a una decena de entidades de la ciudad que trabajan en el ámbito de la intervención social
- JOANA OCHOTECO
- IRUN
'Korapilatuz' significa en euskera 'anudando', y en este caso el nudo ha unido a diez entidades que quieren conocer mejor la realidad social de Irun. Porque el conocimiento es poder; y sólo conociendo las distintas situaciones y realidades se pueden abordar los problemas y carencias existentes.
Korapilatuz es un espacio abierto del que forman parte Adiskidetuak, el Foro Ciudadano Irunés, Stop Desahucios Bidasoa, Arrats, la oficina de información Erletxea, Cáritas, Acubi (Asociación de Consumidores y Usuarios del Bidasoa), la federación de asociaciones de vecinos Oiasso 2000, la Plataforma por la Dignidad de las Personas y Berpiztu Elkartea. Antes de Korapilatuz ya les unía su trabajo en el ámbito de la intervención social, pero ahora tienen además un objetivo común: «agruparnos para afrontar los problemas comunes» que detectan en la sociedad.
Mabel Cenizo, trabajadora de Cáritas y una de las impulsoras del proyecto, explica que éste comenzó a gestarse «hace ya un año. A raíz de coincidencias entre distintas asociaciones, observamos la necesidad de conocernos, sumar y abrir espacio». «Vimos que era importante abordar los problemas que son colectivos de forma colectiva», añade Marilén Ceberio, de Adiskidetuak.
Se trata de mirar la realidad social desde sus distintos ángulos, para así hacer un diagnóstico más completo y poder reflexionar sobre cómo abordar las carencias y dificultades. Los miembros de Korapilatuz se reúnen mensualmente. «Cada asociación sigue trabajando en su ámbito», señala Fernando Arozena, de Oiasso 2000, «pero al unirnos todos vamos a conseguir hacer un diagnóstico más claro y aportar una visión más completa». Además, «está la posibilidad de que conjuntamente hagamos más fuerza, que se nos tome más en serio».
«La visión de conjunto nos da posibilidad de mostrar a la sociedad que hay situaciones que no estamos siendo capaces de resolver», explica Mabel Cenizo. Son situaciones o casos que se repiten, como síntomas de una enfermedad. De ahí la necesidad de un diagnóstico lo más completo posible. Como afirma Fernando Arozena, «es importante conocer la realidad, tanto sus números como sus rostros».
Situaciones «más complejas»
Respecto a la realidad social del municipio, Mabel Cenizo señala que «las situaciones son cada vez más complejas. No se han resuelto las que ya se venían arrastrando, y a éstas se han sumado nuevos problemas». Las relacionadas con el aspecto económico, como la vivienda o el empleo, son obvias; pero además «la problemática que sufren personas en situación de exclusión social está muy entrelazada», explica Lucía Calvo, de Stop Desahucios. «Una persona que tenga problemas de vivienda, por lo general, no los tendrá sólo en ese ámbito. Hay muchas cosas detrás», que conllevan dificultades «en la promoción personal, la autoestima...», añade Mabel Cenizo. Ramón Muñoz, de la Plataforma por la dignidad de las personas, señala que «con sueldos irrisorios que hacen imposible pagar una vivienda... la dignidad de la gente se ve hundida».
Desde el Foro Ciudadano, Maite Aramburu señala que «percibimos que hay una cierta tristeza en Irun, y eso es consecuencia de que existen dificultades. Hay recortes y no se ayuda lo suficiente, todo son reticencias. A nivel individual, la gente con dificultades está perdida, no saben a dónde acudir y pierden la esperanza».
En este sentido, apostilla Mario Gómez, de Erletxea, «Irun no es diferente de otras ciudades. Mucha gente cree que sus dificultades o problemas son personales, y no sociales como realmente son. Los perfiles de la exclusión han aumentado. Ahora, incluso teniendo trabajo, puedes ser una persona, como se decía antes, 'pobre'».
«No tenemos una información real sobre la realidad social de Irun: cuánta gente tiene dificultades económicas, de vivienda... Hay gente que vive bien, gente que vive y gente que sobrevive», señala Fernando Arozena. Por ello, considera importante llevar a cabo «un diagnóstico real» a partir del cual «crear una conciencia social sobre la realidad de Irun y cómo resolverla».
«Es importante que la sociedad civil esté movilizada», afirma Mabel Cenizo. «Debemos exigir que la administración pública, frente a otras cosas, priorice la necesidad de trabajo de las personas, la necesidad de vivienda...». A la hora de plantear estas reivindicaciones, los integrantes de Korapilatuz consideran que haciéndolo unidos «tendremos más fuerza y puede que nos tomen más en serio». «Pero no se trata de suplir el trabajo de las instituciones, no es nuestro papel», apostilla Marilén Ceberio.
Derechos que ya no lo son
Algo falla en la manera en que asimilamos la realidad, en el modo en que han cambiado nuestras percepciones sobre determinados temas: «la vivienda, la alimentación, el empleo... Eran derechos. En este momento, los hemos convertido en privilegios. Los que trabajamos o mantenemos una vivienda nos sentimos así, privilegiados. Se nos ha olvidado que la vivienda y el empleo son derechos», explica Mabel Cenizo.
«Los derechos humanos», recuerda Fernando Arozena. Algo tan consabido, tan supuestamente aceptado pero tantas veces pisoteado. «Cada persona debe poder garantizarse una vida digna: trabajo, vivienda, educación, alimentación...».
A pesar de lo complicado de las situaciones que ven, Lucía Calvo destaca el aspecto positivo de «tener contacto con personas que están en tu misma situación y trabajar juntas, porque es algo que empodera a la gente». 'La unión hace la fuerza', como reza el dicho. También los miembros de Korapilatuz creen en esta idea, y unidos esperan contribuir a mejorar la realidad social de la ciudad.
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