JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ LOSADA DIRECTOR DEL AEROPUERTO DE HONDARRIBIA
“El aeropuerto de Hondarribia será lo que los guipuzcoanos quieran que sea; ni más ni menos”
El director del aeródromo sostiene que la infraestructura tiene capacidad “de sobra” para afrontar los retos del futuro, y ve en Donostia 2016 una ocasión inmejorable
JORGE NAPAL GORKA ESTRADA - Domingo, 22 de Febrero de 2015 - Actualizado a las 06:12h
José Manuel Sánchez Losada
DONOSTIA - Un aeropuerto pequeño como el de Hondarribia está muy lejos de ser rentable, pero su director, José Manuel Sánchez Losada, parece encajar con buen talante el constante cuestionamiento de la infraestructura. “Es algo normal, signo de que despierta interés”. Sostiene que “los mayores desafíos” del aeropuerto “han sido clarificados” con la declaración de excepcionalidad de la pista, al tiempo que ve en la privatización de AENA “un plus para la internacionalización”.
¿No cansa dirigir una infraestructura cuestionada permanentemente?
-Hay que considerarlo como algo normal. Cualquier aeropuerto despierta mucho interés; no hay más que ver el impacto mediático que tiene. De ahí que tomar decisiones que sean del agrado de todos resulte complicado...
Menos aún con una infraestructura que no es rentable.
-Estamos hablando de un aeropuerto pequeño y la rentabilidad depende del número de personas que utilizan la infraestructura. Su funcionamiento exige una serie de gastos mínimos que solo son compensados a partir de un número de viajeros...
¿Cuántos pasajeros utilizan anualmente el aeropuerto de Hondarribia?
-Entre 240.000 y 250.000.
¿Y cuántos harían falta para que la infraestructura entrara en cifras positivas?
-Hay diferentes estudios al respecto, pero se considera que para llegar al punto de la rentabilidad harían falta entre 750.000 y el millón de pasajeros.
Hondarribia está muy lejos...
-Sí, un objetivo muy difícil de alcanzar, salvo que se den unas determinadas condiciones económicas.
¿Qué condiciones?
-Recordemos que en 2007, antes del boom de la crisis económica, estuvimos acariciando la cifra de los 500.000 pasajeros, y si hubiésemos seguido por esa senda, seguramente ahora tendríamos del orden de 700.000. Lo que ocurre es que la realidad económica ha cambiado, de ahí la bajada sustancial que se ha experimentado.
¿El guipuzcoano de a pie no está para coger aviones?
-El medio de transporte aéreo es uno de los más sensibles a la situación económica. Uno de los primeros síntomas de la mejoría o el empeoramiento de la economía es el uso del transporte aéreo. Por eso, en estos momentos no es realista hablar de que vayamos a conseguir umbrales de 700.000 pasajeros.
¿Cuál es el futuro del aeropuerto a medio plazo?
-A cinco años vista, esperamos mantener las cifras de pasajeros e ir incrementando en unos porcentajes similares al del PIB. Realizar predicciones a más largo plazo es un ejercicio de imaginación.
¿El aeropuerto de Hondarribia es necesario?
-El aeropuerto de Hondarribia es necesario en la medida que los guipuzcoanos digan que lo es, y no es demagogia. La necesidad de un aeropuerto depende de los ciudadanos. Son quienes tienen que decidir si necesitan un aeropuerto próximo a su domicilio o no. El aeropuerto será lo que los guipuzcoanos quieren que sea, ni más ni menos, y lo digo con el corazón en la mano.
¿Y en ese sentido, los ciudadanos de Gipuzkoa que están diciendo?
-Que continúe hacia adelante. A pesar de la crisis, estamos intentando recuperar la cifra de negocio.
¿Qué le hace falta al aeródromo para remontar el vuelo?
-Que se despeje la situación económica. Poco más. En estos momentos, el aeropuerto tiene unas infraestructuras suficientes para asumir las necesidades de vuelos que puede haber en los próximos diez años. Capacidad tiene de sobra. Lo que hace falta es que la situación económica acompañe y que los ciudadanos tengan el deseo de utilizar el aeropuerto.
¿El aeródromo cuenta con el respaldo institucional suficiente?
-Yo diría que sí. Están trabajando, aunque es verdad que parte de la sociedad quisiera que ese trabajo se materializase en frutos concretos a corto plazo. No es algo fácil en la situación económica actual.
¿Han diseñado algún plan de trabajo para sacar el mayor partido a Donostia 2016?
-Nuestro ámbito de actuación se limita a tener la infraestructura en condiciones de ser usada por los pasajeros potenciales que se prevén. En ese sentido, hemos hecho los deberes y tenemos todo listo.
¿Hay algún cálculo de los turistas que podrían hacer uso del aeropuerto en Donostia 2016?
-No nos corresponde ese ámbito. Nuestro cometido es tener la infraestructura preparada para un número de pasajeros muy superior al actual. Cualquier incremento que pueda traer la capitalidad es asumible. La mayor parte de la cuota de usuarios son empresarios que salen a primera hora de la mañana y vuelven a última hora del día. El turismo ofrece una cuota más baja, por eso podríamos crecer fácilmente, siempre y cuando haya compañías aéreas que consideren que les resulta rentable poner más vuelos.
¿Y las hay?
-En estos momentos no tenemos noticias de que haya nuevas ofertas de compañías aéreas.
¿Tienen previsto incrementar los vuelos regulares a Madrid y Barcelona?
-Vueling va a incorporar una frecuencia adicional los sábados, el único día de la semana que hasta ahora no ofrecía sus servicios. Es reseñable que una compañía importante como Vueling siga apostando por el aeropuerto.
Cuando la declaración de excepcionalidad de la pista parecía traer por fin la calma, llega ahora la controversia por la privatización de AENA...
La sociedad está cambiando a un ritmo muy rápido. Que los modelos cambien es normal, porque los aeropuertos se van dotando de nuevos medios.
¿Qué supone la privatización de AENA para un aeropuerto como el de Hondarribia?
-Supone el aseguramiento de su mantenimiento. Por cierto, hay que decir que el 51% sigue siendo público. AENA es una empresa que gestiona todos los aeropuertos en España y eso le permite disponer de recursos para mantener aeropuertos que por sí solos serían deficitarios. El hecho de que ahora sea privatizada permite precisamente mantener esa misma filosofía y seguir con una situación similar a la que teníamos hasta la actualidad.
¿Sin la privatización no habría sido posible la continuidad?
-Sí habría sido posible, pero el hecho de privatizar la empresa añade el plus de colocarse en mejor situación para internacionalizarse y aumentar así el número de aeropuertos que gestiona en el extranjero.
Los trabajadores no están precisamente contentos...
-Todos los procesos de cambio generan siempre inquietud. En primer lugar hay que decir que AENA nunca se ha financiado a través de los Presupuestos Generales del Estado, lo que viene a significar que a los ciudadanos no les cuesta mantener los aeropuertos. Por otra parte, AENA ha llegado a un acuerdo con la mayoría de la representación sindical de los trabajadores para establecer unas condiciones que den tranquilidad a la plantilla extendiendo la validez del convenio actual hasta 2021.
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