El alcalde no quita carnés de conducir
Las sanciones de las Policías locales con pérdida de puntos son mínimas o nulas en Euskadi excepto en Donostia y Vitoria
Un estudio revela que en las capitales guipuzcoana y alavesa las multas son, proporcionalmente, siete y seis veces más numerosas que en Bilbao
- JAVIER MUÑOZ
- SAN SEBASTIÁN
La retirada de los puntos del carné de conducir no va con los alcaldes vascos. Y ello es así pese a que también tienen funciones de tráfico igual que la Ertzaintza. Al menos eso es lo que se deduce de un estudio realizado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA) que repasa las sanciones con pérdida de puntos impuestas por los ayuntamientos de España, incluidos los 251 municipios de Euskadi. El documento indica que, entre las 80 poblaciones de la comunidad autónoma que cuentan con agentes municipales, sólo 33 han extendido multas que 'tocan' el permiso de conducir, y de todas ellas, únicamente San Sebastián y Vitoria lo han hecho de forma significativa. En concreto, ambas ciudades han retirado puntos siete y seis veces más que Bilbao, respectivamente. De las 47 localidades restantes que, teniendo guardias municipales, no han quitado un solo punto, una treintena presentan un censo superior a 5.000 habitantes (Galdakao, Bergara, Hernani, Legazpi, Oiartzun, Ondarroa, Tolosa, Zumaia, Trapagaran, Amurrio, Balmaseda, Bermeo, Arrigorriaga, Gernika, Oñati y Zumarraga son algunas de las más importantes dentro de este grupo).
Automovilistas Europeos ha hecho esos cálculos a partir de datos facilitados por la Dirección General de Tráfico (DGT) y por el Instituto Nacional de Estadística (INE), unos y otros correspondientes a 2013. El estudio compara el número de habitantes de cada población, su censo de conductores, las sanciones con pérdida de puntos impuestas en cada localidad por las policías locales (no por la Ertzaintza) y la suma total de los puntos suprimidos por cada ayuntamiento y comunicados a la DGT, entre otras variables. La conclusión es que en 2013 el de San Sebastián impuso 7,62 multas con puntos por cada cien conductores censados en esa capital; el de Vitoria, 6,2; el de Getxo, 3,4; los de Sopelana y Hondarribia, 2,2 y 2,1, respectivamente... Y el de Bilbao, 1,2.
Barakaldo y Basauri siguen a la capital vizcaína con una sanción por cada cien conductores. A partir de ahí, las proporciones que arroja el resto de municipios del País Vasco son residuales o nulas.
Lógicamente, es preciso matizar estas cifras, puesto que una Policía local puede poner una multa a un automovilista de su pueblo o de otro, y la Ertzaintza también puede actuar dentro de ese mismo término municipal. Pero, en cualquier caso, los datos indican un fenómeno: las diferencias con que los alcaldes vascos actúan -los que lo hacen- en una materia de su competencia, como es la retirada de puntos a los conductores infractores. Sólo San Sebastián, Vitoria y Getxo ofrecen números relevantes.
Menos cabinas en Bilbao
Según Mario Arnaldo, presidente de la AEA, resulta paradójico que a la hora de la verdad no exista una correlación entre el mayor o menor celo de un ayuntamiento con las infracciones que quitan puntos -fundamentalmente excesos de velocidad- y las estadísticas de accidentes o víctimas de tráfico en el término municipal. «Encuentras en España municipios con más sanciones y que a la vez registran más accidentes, y otros con menos sanciones y menos accidentes», explica Arnaldo.
A su modo de ver, ése es un indicio que sugiere que el sistema de puntos vigente en España no ha tenido que ver con la evolución de la siniestralidad en las carreteras, a pesar de lo que afirman las instancias oficiales. «Los accidentes han caído por la mejora de la red viaria y por la renovación del parque de vehículos», afirma el portavoz de Automovilistas Europeos.
La AEA advierte de que, a la postre, el número de multas tramitadas por un ayuntamiento puede estar determinado porque utilice más o menos sistemas de detección de velocidad automáticos. Un indicio de ello lo proporciona el hecho de que Bilbao, por ejemplo, tiene menos multas y también menos 'cabinas' (cuatro) que las instaladas en San Sebastián y Vitoria (una docena).
Con ese razonamiento, Arnaldo denuncia que, en última instancia, el carné por puntos -que entró en vigor en España durante 2006- pueda depender en parte de «la discrecionalidad» de los ayuntamientos. Y en periodo electoral puede depender de una instrucción no oficial, pero planteada abiertamente por los munícipes de una localidad para no irritar a los votantes. «Creemos que el carné por puntos está fallando, que está mal diseñado», concluye el presidente de la AEA.
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