El 'cosplay', arte y ciencia de la caracterización
Ferias como Expotaku, de mayor o menor tamaño, con más o menos recursos y presupuestos, inundan el planeta. Muchos de sus elementos básicos se repiten, pero uno de los que más llama la atención y siempre está presente, es el llamado 'cosplay'.
Podría hablarse de disfraces, que es de lo que se trata al fin y al cabo, pero renunciar a usar el vocablo anglo (una contracción de las palabras 'costume', traje, y 'play', jugar) serviría sólo para despistar. El 'cosplay' va de encarnar a personajes, populares o no tanto, de mangas, animes y videojuegos, incluso de películas y series no animadas. No existe un canon que determine el mínimo exigible para dar por bueno el disfraz, pero si lo hubiera, no colocaría nunca el listón tan alto como se lo autoimponen los propios 'cosplayers', que realizan verdaderas virguerías para caracterizar fielmente al personaje elegido.
«La gente disfrazada da muchísimo ambiente a eventos como éste», destaca el director de Expotaku, David Gaspar. «Nos encanta que la gente venga vestida como sus personajes favoritos. Pero sabemos que hacerlo es trabajoso y es caro». Es ambas cosas, porque para hacer un traje verdaderamente único hay partes del mismo que deben ser fabricadas. Para eso se requieren muchas horas de manualidades y buenas inversiones económicas. Por no hablar del coste de aquello que no se crea sino que se compra. «Conscientes de ello, desde Expotaku ofrecemos la entrada gratuita a la jornada del domingo de la feria para todo el que venga disfrazado, da igual si anime, si manga, si videojuego o película. Es nuestra manera de recompensar a los 'cosplayers' por su entusiasmo».
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