Lucía Garbayo (Expresidenta del Foro Ciudadano Irunés): «La sociedad civil no es consciente de la fuerza que tiene estando unida»
Es uno de los iconos del voluntariado social de la ciudad, del que ahora, a sus 77 años, se despide para regalarse tiempo
- MARÍA JOSÉ ATIENZA
- IRUN
Entre 1974 y 2014, Lucía Garbayo ha pasado por el movimiento vecinal de Anaka y de Dunboa, por la APA del Pío Baroja, por la Asociación de Donantes de Sangre, por el Foro Ciudadano Irunés y por el Consejo del Mayor de Diputación. En casi todos estos colectivos ha ocupado puestos de responsabilidad, a los que ha llegado por elección de sus compañeros. Durante las últimas cuatro décadas, ha invertido miles de horas de trabajo desinteresado en el empeño de mejorar la vida de sus conciudadanos. Y ahora, le llega el momento de pedir el relevo.
-¿Cuándo y por qué decidió implicarse en el voluntariado social?
-Mi primera gestión municipal la hice en 1974, siendo alcalde Don Federico Bergareche. Surgió por las muchas necesidades que había en mi barrio. Yo vivía por la zona donde está ahora el tanatorio, en Anaka. Entonces no había luz. Había un par de bombillas nada más. Además, cuando llovía, se formaba tal barrizal que para ir a comprar al barrio de la Estación, teníamos que ponernos unos plásticos en los zapatos. El día en que, por fin, llegó la luz al barrio, fue como una verbena. El conseguir esas cosas, me animó a seguir.
-¿Qué supuso para usted la creación del Foro Ciudadano Irunés, que presidió durante cinco años?
-Es la parte de mi voluntariado en la que me he sentido más completa. En 2003, el Ayuntamiento creó un foro para tres meses. Pero unas cuantas personas creímos que había mucho trabajo por hacer y fundamos el Foro Ciudadano Irunés, con la intención de que fuera permanente. El Foro nos dio la oportunidad de participar en todas las comisiones del Ayuntamiento, dando nuestra opinión y haciendo un seguimiento de los diferentes temas. Trabajé en la comisión de Bienestar Social, que es la más compleja, pero que era mi vocación. Estar en las comisiones te da una visión muy completa del estado de la ciudad y también te permite conocer a los políticos.
-¿Cuál ha sido su relación con la Administración y con los responsables públicos?
-Tengo que decir que yo no miro siglas, sino personas cuando me reúno con un político. Sólo miro a la persona y la respuesta que me da. Mi relación con ellos ha sido, en general, agradable. Reconozco que he vivido momentos de tensión, porque tengo la mala costumbre de decir la verdad a los políticos, pero siempre he ido con el sentido común por delante. El problema es que los tiempos del ciudadano no son los de la Administración y las peticiones se eternizan. Por eso, puedo asegurar que el voluntariado social es una carrera de fondo. Nunca hay que perder el ánimo ni la constancia.
-¿Y su relación con la sociedad civil por la que ha trabajado?
-La sociedad civil no es consciente de la fuerza que tiene estando unida. Hay que preocuparse de participar. Con la participación, te formas como ciudadano y te enriqueces como persona. En estos momentos en que se han abierto tantos cauces, debemos aprovechar la ocasión y entre todos, cada cual con su responsabilidad, debemos hacer un seguimiento de las promesas de nuestros políticos y mejorar la sociedad. Lo que no debemos hacer es criticar con desconocimiento. Es mejor aprovechar esas energías para participar.
-¿Qué se lleva de todos estos años de voluntariado?
-La satisfacción del deber cumplido por los muchos logros alcanzados y, lo más importante, un corazón lleno de amor por las personas con las que he compartido tantas cosas y me han ayudado a crecer.
-¿Está segura de que se retira del todo?
-Mis compañeros no se lo creen, pero sí. Lo dejo. Paso el relevo. Es hora de que me dedique un tiempo.
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