«Aquí todo está rico, pero os recomendamos probar las 'fondues'»
Son madre e hija y la confirmación que de tal palo tal astilla, porque ambas derrochan ganas de trabajar y de innovar | Ana San Juan Saura y Sara Fontan San Juan A pedir de boca
Leía el otro día que en torno a una mesa suceden, a veces, las cosas más importantes de nuestra vida. Me puse a pensar. En torno a una mesa he llorado y he reído. En torno a una mesa he pedido perdón y permiso. En torno a una mesa he brindado por todas las buenas noticias y por alguna mala, alguna vez, también. En torno a una mesa me he enamorado y, por qué no confesarlo, me he desenamorado. En torno a una mesa, con mantel o sin él, con copas o vasos, con un buen vino o un champán, con queso brie o un bocata, todo puede salir a pedir de boca. Dicen que la receta de la felicidad es imposible, pero qué felices llegamos a ser en torno a una mesa. Tal vez, el secreto esté en elegir bien esa mesa. Tal vez, el secreto esté en encontrar esa mesa en la que todo pueda suceder a pedir de boca. Existe y está en la calle Berrotarán de Irun.
–Sara, ¿qué pido? ¿qué me recomiendas?
–Aquí todo está rico, pero te recomiendo que pruebes nuestras fondues. Están riquísimas. Y es algo que está en la carta desde el principio porque teníamos claro que queríamos que hubiera algo diferente. También por eso la fondue está en nuestro logo. (Risas)
–Fondue, qué bien lo pronuncias. Parece que estamos en el 'otre côté'.
–Esa era la idea. Queríamos un lugar que fuera, de alguna manera, una fusión entre Francia y Londres. La decoración es de Iñaki Cienfuegos y creo que nos captó desde el inicio. 'A pedir de boca' es un lugar acogedor pero al mismo tiempo íntimo. Nada que ver con lo que era antes, vaya.
–De lo que era antes sabes tú mucho, Ana...
–Claro, nací en la casa de al lado. Lo recuerdo muy bien. Este local no era así. Era un lugar abierto. Era un local al aire. En la parte de abajo mis padres maduraban los plátanos porque tenían una empresa de venta a supermercados y tal. Aquí, fíjate, metían los camiones. Eran otros tiempos...
–Esos tiempos en los que merendábamos.
–(Risas) Madre mía, la de meriendas y desayunos que habré preparado. En aquella época las croissanterías estaban muy de moda y yo conseguí darle otro enfoque. Abrí una aquí con mi madre. Empezábamos a las seis de la mañana y estaba lleno todo el día. Mira, cerrábamos nada más que una hora para limpiar y vuelta a abrir. Era un no parar. Trabajamos muchísimo y muy bien, pero, como te digo, eran otros tiempos...
–¿Por qué sonríes, Sara?
–Porque me ha pasado ir a muchos sitios y que me digan; «¿tu madre es Ana San Juan? ¡La de veces que he merendado allí!». Me hace ilusión. Y mucha gente también salía del Saroia de fiesta y desayunaba aquí. Eso también me lo han contado. Aquí ha venido mucha gente.
–Tú no podrás acordarte de todos, Ana...
–De todos imposible, pero recuerdo cómo venía Amaia Montero con su hermana y una amiga a merendar. Venían muchas veces. Sara era pequeña, no se acuerda. (Risas)
–¿Recuerdas la croissantería, Sara?
–¡Algo sí! Claro, recuerdo que mi abuela me iba a buscar al colegio y veníamos aquí a merendar. Luego aquí ha habido otras cosas que también recuerdo. Un mexicano, un italiano y lo último, un turco. Después, es cuando decidimos volver a hacernos cargo del local. Es un local familiar y nos daba pena dejarlo vacío.
–Y de los croissants a las fondues, ¡buen cambio, Ana!
–En su día fui autodidacta y ahora poco a poco lo estamos siendo también. Vamos aprendiendo y vamos intentando mejorar cada día. Nuestra intención es ofrecer siempre calidad, pero también algo diferente.
–Ya lo es. Una velada musical, es algo diferente. ¿No crees, Sara?
–Por supuesto. A mi madre le gusta mucho la música, pero he de confesar que esto es cosa mía. Yo soy un proyecto de cantante de Skola Musik y me encanta poder tener música en directo aquí. Es súper enriquecedor y si encima comes rico...
–¿Cómo surge este 'A pedir de boca' musical?
–Todo empezó con los acústicos de Santi Romano. A mí 'Les fous' es un grupo que me encanta. Soy algo así como una groupie. El caso es que el padre de Santi, el vocalista de 'Les fous', venía muchas veces aquí a comer. Un día le propuse a Santi la opción de tocar aquí y él me contó que tenía algunos temas propios y que le gustaría mucho venir. Dicho y hecho. Solo me puso una condición...
–¿Cuál?
–Que yo cantase algún tema con él. (Risas) Y así, entre plato y plato, he solido cantar algo con él.
–¿Pero cómo? Deberías cantar a diario, ¿no lo haces?
–Uy, no. Tengo un problema. Me da mucha vergüenza cantar en lugares pequeños. Tener a la gente tan cerca...
–¿Qué dice tu madre?
–Todos sabemos que mi madre quiere que cante. (Risas) Algún día lo haré. Lo prometo.
–Si Amaia merendó aquí y le fue bien, ¡lo tienes que hacer!
–Lo estudiaré. (Risas) De momento, en verano tuvimos otra noche musical con un saxofonista. Salió muy bien y ahora en septiembre recuperaremos la iniciativa. ¡Ah! Y más novedades.
–Cuenta, cuenta.
–Vamos a volver a hacer 'brunch' y estamos a tope con los pedidos a domicilio con Just Eat, hemos incorporado bocadillos y hamburguesas a la carta... Renovarse o morir. Y a nosotras ganas de renovar y trabajar no nos faltan.
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