Las obras municipales hacen que Anaka aparezca en el paisaje de San Miguel
La actuación de desbroce en el ámbito que separaba ambos barrios, aún sin haber concluido, permite apreciar el efecto que tendrá para los vecinos de la zona
- IÑIGO MORONDO | IRUN
Desaparecida la maleza, las chabolas y demás obstáculos que se intercalaban entre San Miguel y Anaka, este último aparece en el paisaje del barrio de la estación. Desde el parque Julián Sánchez, con el horizonte despejado de arbustos y hierbas, la calle Aguerre asoma en una nueva perspectiva que evidencia el perjuicio de tantos años de retraso en el desarrollo de San Miguel-Anaka.
Distintas razones han ido posponiendo el proyecto residencial llamado a urbanizar el ámbito y dado que, como reconocía ayer el alcalde, José Antonio Santano, «aún no le ha llegado la hora», esta actuación, inferior en coste a los 150.000 euros, va a servir, al menos, para adecentar la zona, garantizar una conexión peatonal cómoda y segura y acercar dos barrios, muy próximos, pero que han vivido a espaldas el uno del otro: Anaka podía considerar la calle Aguerre su final; San Miguel hacía lo propio con la calle Donostia. Con esta obra, mucho más modesta que el ambicioso proyecto que se anhela desde hace décadas, cambian ambas perspectivas. Aquél «aún tiene que esperar, pero los vecinos no pueden seguir esperando. A veces, lo mejor es enemigo de lo bueno», decía ayer el alcalde. «Y más vale tarde que nunca», cabría haber añadido.
«El plan para mejorar toda esta zona ya está en marcha»
- Para mediados de agosto
Más allá de despejar la vista, la obra supondrá la creación de un nuevo paseo peatonal desde Aguerre a la plaza Julián Sánchez, «en línea recta, seguro y tranquilo», explicó Santano sobre el terreno. Tendrá 130 metros de longitud para unir ambos puntos, con una anchura de tres metros. «El camino que existía hasta ahora se iba a eliminar pero hemos recibido muchas peticiones de vecinos en el sentido de mantenerlo así que seguirá ahí para quien prefiera usarlo». Eso sí, nada tendrá que ver con lo que era hasta ahora, pues quedará abierto e iluminado. También el nuevo paso tendrá iluminación, así como mobiliario urbano y «una pequeña zona de estancia» en el espacio central del ámbito. Todo lo que no sea camino, se está sembrando para darle al conjunto sobre el que se está trabajando, más de 10.000 metros cuadrados (los que son de propiedad pública, bien del Ayuntamiento, bien, en su mayoría, del Gobierno Vasco), un aspecto aún más amable y verde.
«Pasamos de las palabras a los hechos», subrayaba el alcalde. Ésta no es una gran actuación en términos económicos, pero el alcalde destacó que «sí va a tener un impacto importante, como se puede ver ya», aunque el final de la obra se espera para la primera quincena de agosto.
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