Nuevo escenario para una gran fiesta
La feria y las actuaciones de la Euskal Jira se adaptaron al entorno de Santiago y atrajeron a miles de bidasotarras y visitantes
- MARÍA JOSÉ ATIENZA | IRUN
La Euskal Jira celebró ayer con éxito su 36 edición. La inquietud de los organizadores ante el cambio de escenario, obligado por las obras de la plaza de Urdanibia, se disipó antes del mediodía, por la gran afluencia de público al nuevo entorno de Santiago. La feria de artesanía se instaló sin mayores problemas en la plaza Erromes. La plaza Istillaga acogió la exposición matinal de las gurdias y el frontón Euskal Jai se convirtió en el escenario de las actuaciones de músicos, dantzaris y bertsolaris y de la exhibición de herri kirolak.
«Estábamos un poco preocupados, porque en la plaza de Urdanibia todo está más concentrado y recogido y aquí, las actividades se dispersan más y todo está más repartido», decía Asier Martiarena, presidente de Irungo Euskal Jira. «Sin embargo, desde primera hora, hemos visto que la gente respondía muy bien y eso nos ha tranquilizado mucho. Estamos muy contentos de cómo está transcurriendo todo».
La plaza Erromes acogió la feria de artesanía, donde se dieron cita algunos incondicionales de la Euskal Jira, como Iñaki Agirrezabala y Lourdes Etxaniz, artesanos cesteros con taller en Matxinbenta y tienda en Azpeitia. «Venimos siempre a la Euskal Jira, porque nos gusta mucho. Desde hace 18 años, creo que no hemos fallado ni uno en esta feria», decía Lourdes. «La pena es que no nos podemos quedar al desfile de gurdias, porque tenemos un hijo pelotari y siempre nos coincide con algún partido suyo, así que a la tarde estaremos en Galarreta. Pero como están las gurdias aquí al lado, nos acercaremos a verlas».
«En la celebración de la Euskal Jira están reflejadas las raíces de nuestro pueblo»
Veinte años lleva viniendo a Irun Iñaki Gorostidi, antiguo harrijaso-tzaile, que cuando dejó de levantar piedras se dedicó a tallarlas y a pintarlas. En Aduna tiene su tienda y su taller, además de una escuela para jóvenes levantadores. «En la piedra están las raíces de un pueblo», afirmaba Iñaki y sobre ese duro material, él es capaz de escribir poemas. También en la Euskal Jira «están reflejadas las raíces de nuestro pueblo. Es una fiesta que me gusta mucho», decía el artesano.
Además de la talla de piedra y la cestería, los puestos de la plaza Erromes ofrecieron al público que se acercó a la feria trabajos en madera y cuero, dulces, pasteles, miel y pan artesano.
Cruzando el arco, en la plaza Istillaga, se instaló la exposición de las gurdias que recorrerían por la tarde el centro de Irun. La gurdia de Behobia mostraba una reproducción del tranvía eléctrico Irun-Elizondo; la de la Asociación Anaka 1881-Gordezan recordaba a las 'jostunak', con su vieja máquina Alfa; la de Meaka rendía homenaje a los txistularis y la de Kemen, a los dulzaineros. Todas despertaron el interés de los visitantes, que tuvieron la ocasión de observar de cerca el trabajo realizado para presentar las carrozas.
Mientras, en el frontón, el público estuvo pendiente del ingenio que los bertsolaris desplegaron en torno a la Euskal Jira o de la fuerza y habilidad de los tronzalaris y lanzadores de fardos.
Asier Martiarena quiso agradecer «el trabajo de todas las personas que colaboran desinteresadamente para que la Euskal Jira salga adelante y la asistencia de todos los grupos locales y de fuera que nos acompañan y que han hecho posible una edición más de la Euskal Jira».
No hay comentarios:
Publicar un comentario