El bulldog King Edward también reina en Gipuzkoa
La Exposición Canina de este año tuvo como protagonistas a los perros guía de la ONCE, que exhibieron sus capacidades y su proceso de aprendizaje
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
La Exposición Canina de Gipuzkoa tuvo en Meljane King Edward a su ganador de este año. Este bulldog inglés de cuatro años que acumula galardones internacionales en España, Portugal y Gibraltar, fue el mejor perro de la XXXVII edición del certamen guipuzcoano, que cuenta también para la puntuación internacional y se ha convertido en uno de los más relevantes de la península.
Con más de un millar de perros ocupando sus tres pabellones, Ficoba era ayer todo un espectáculo para los amantes de estos animales. El mimo en los cuidados por parte de sus dueños hace que estos canes luzcan su mejor versión durante esta jornada, pero el interés que despierta la cita va aún más allá. Su creciente prestigio atrae razas cada vez más variadas y representantes de algunas de las más difíciles de ver, como un schipperke, un cuvac eslovaco y un dandie dinmont terrier.
Ainhoa, que acudió desde Errenteria con sus dos hijas pequeñas, «apasionadas de los perros», rendía visita a la Exposición Canina de Gipuzkoa por primera vez. «Me ha sorprendido que apenas haya ladridos. Pensaba que con tanto perro esto sería una locura, pero qué va. Están bien enseñados y se nota». Está oponiendo resistencia para incorporar una mascota a su hogar «porque quería que las niñas fueran un poco mayores, pero después de lo de hoy, de ver cómo se lo han pasado, no sé si podré resistirme mucho más». Le gustó especialmente la doble exhibición que tuvo lugar durante la mañana, la de adiestramiento civil, a cargo del especialista irundarra Álvaro Moreno, y la de los perros guía de la ONCE.
Esta segunda fue realmente especial, ya que no es habitual que la Escuela de Perros Guía de la organización de ciegos se desplace a este tipo de eventos. Ayer, sin embargo, Bárbara y Alicia, dos de las monitoras de la escuela, acudieron con sendos canes a mostrar el trabajo que se realiza para su formación. Explicaron el proceso que se sigue, incidiendo en la importancia de que el perro esté educado y socializado. Después, los pusieron a trabajar colocándoles el arnés. En cuanto lo viste, el can cambia de actitud, como si hubiera fichado y empezara su jornada. Bárbara insistió en la importancia de no distraer a uno de estos animales cuando lleva el arnés puesto «porque significa que está trabajando y podemos provocar un percance a la persona a la que guía».
Tras recorrer un circuito de obstáculos junto a ellos, requirieron la presencia del delegado de Bienestar Social del Ayuntamiento de Irun, Sergio Corchón, para que con un antifaz se convirtiera en el invidente al que el perro guiaría. Tras superar el recorrido, Corchón destacó que había sido «una sensación rara. Es importante seguir al perro y confiar en él, pero no es nada fácil. Cuando vea a un invidente con su perro, sin duda me acordaré de este momento».
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