Lectura que tiende puentes
Irun cuenta con dos de los cinco grupos de lectura fácil de Atzegi en Gipuzkoa
Trece personas con discapacidad intelectual participan en este taller que busca «fomentar el uso de la cultura»
- JOSEBA ZUBIALDE
- IRUN
«En Verona todos asistían al entierro de Julieta, que todos pensaban que estaba muerta». Eva se detiene un instante. Toma aire y continúa leyendo. «Mientras, en Mantua, Romeo recibía a su criado que acababa de llegar de la ciudad». Cuando Eva llega al final de la página, Laura, la dinamizadora del grupo de lectura fácil, relee el mismo fragmento. «Lo hago para que vean la entonación, los cambios de tono y demás... pero también porque según voy leyendo vamos comentando y saco temas relacionados. Están concentrados en escucharme y es más fácil que puedan sacar conclusiones», explica esta voluntaria de Atzegi.
Haritz García, Rafa Benítez, Eva del Rio, Naiara Oronoz, Marian Fernández y Miguel Kubat no fallan a su cita de los martes, salvo que sea «por fuerza mayor». Este club de apasionados lectores forma parte de uno de los dos grupos de lectura fácil que hay en Irun impulsados por Atzegi, que cuenta con otros tres repartidos en Donostia, Legazpi y Eibar. En lo que va de curso ya han devorado 'La vuelta al mundo en 80 días' y 'Las aventuras de Tom Sawyer', y ahora se dejan llevar por 'Romeo y Julieta', de William Shakespeare. «Lo elegimos porque queríamos saber si era igual a la obra que estamos representando», explica Marian con una sonrisa. Ella, junto a otros de sus compañeros de grupo, forman parte de la compañía de teatro Ezezagunok y han reperesentado por diferentes teatros guipuzcoanos 'La verdadera historia de Romeo y Julieta'.
«El libro es original», comenta Haritz, quien añade que «es muy bonito, pero también es de tristeza» y es claro en cuanto a por qué acude al club: «A mí me gusta leer». Una afición que es compartida por todos. «Nos quedan 30 páginas del libro y ya me están diciendo 'queda poco, tenemos que elegir otro'», destaca Laura Somoano, irundarra de 21 años que desde hace dos años compagina la dinamización del grupo con sus estudios de Trabajo Social y dando clases a niños. «Entre todos hemos ido construyendo este proyecto que empezó como una prueba piloto y que lo hemos ido adaptando metiendo cositas nuevas».
Leer para descubrir
En el grupo emplean libros de lectura fácil que son adaptaciones de los grandes clásicos de la literatura y que están concebidos para permitir una comprensión más sencilla de su contenido. Pero lectura fácil «no es sinónimo de enseñar a leer, es fomentar el uso de la cultura», hace hincapié Somoano, y añade que «es una tertulia en la que intento generar gusto y curiosidad sobre temas que vamos leyendo». Ejemplo de ello es que mientras leían 'La vuelta al mundo en 80 días' «si Phileas Fogg iba a la India traía unas diapositivas de comida típica del país, costumbres...». Asimismo, cuando acaban de leer una novela ven la película.
Pero ese «amor por la cultura» que quiere transmitirles no se centra solo en leer a Shakespeare, sino también en «acercarnos a la biblioteca, a leer el periódico... Se trata de dar accesibilidad». Así, el grupo es una vía para «conocer otros espacios», y apunta que «cuando consigamos hacer este taller en el CBA -petición que ya ha realizado- tendrán que pasar por la biblioteca e igual alguno de ellos dice 'voy a coger un libro'».
Por otro lado, el grupo de lectura «fomenta el pensamiento crítico y a que reflexionen sobre lo que están leyendo», incide Somoano, ya que «muchas veces no tienen ese momento de comentar qué les parece lo que leen». La cita de los martes se convierte así en un lugar en el que «hablar de aspectos cotidianos y reflexionar sobre el día a día. Hemos hablado de todo».
Aunque es consciente de que «tal vez sea difícil» que ambos grupos de lectura desarrollen su actividad en la nueva biblioteca, defiende que «sería muy inclusivo y positivo, no solo por la lectura, sino porque el CBA cuenta con muchos espacios. Me gustaría que vieran el KZGunea y que llegado el momento pudieran decir 'igual me apunto a un curso de KZGunea en vez de estar en uno de Atzegi'. Les daría esa oportunidad y es una manera de normalizar. Tenemos que poner los medios necesarios para que sea fácil que accedan a la cultura. Es un derecho».
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