IRUN
El PP divide sus votos para que Irun pueda actualizar los impuestos de 2013
Tres de los ediles votaron a favor para que el dictamen se pudiera aprobar y dos se abstuvieron para evidenciar su discrepancia. Los populares no están de acuerdo con el gravamen extra del 50% sobre segundas viviendas vacías
02.11.12 - 01:24 -
El Pleno de la Corporación aprobó en la tarde noche del miércoles los incrementos impositivos para el próximo año. Fue una sesión de lo más curiosa en la que se dieron situaciones nada habituales. La más llamativa de todas, la fórmula de voto que eligió el grupo popular precisamente en el dictamen relativo a los impuestos municipales: tres de los ediles votaron a favor y los otros dos se abstuvieron.
Antes de nada, el delegado de Hacienda, Miguel Ángel Páez, explicó que el Gobierno proponía una subida general del «2,7% (IPC de agosto previo al incremento del IVA) en lugar de irnos al 3,4% ó 3,5% de septiembre u octubre» para los impuestos municipales de 2013 (IBI, viñeta, obras, plusvalías e IAE) y para las tasas de año natural (administrativas, licencias, obra menor, cementerio, grúa...). Entre las novedades, destaca la bonificación del 75% de la viñeta a vehículos eléctricos y del 50% a híbridos.
Con otra de las novedades llegó la desavenencia del PP. Su portavoz, Juana de Bengoechea, explicó que «hay un detalle que nos llevaría a abstenernos. No compartimos el 50% extra en el IBI sobre segundas viviendas que se encuentren vacías. Creemos que no hay un concepto que justifique esto. Ni siquiera vale lo de ir contra los ricos, porque la mayoría de las personas que tienen dos viviendas no lo son», explicó. Por otro lado, admitió que «viendo que el resto de los grupos votará en contra, nos sentimos obligados a apoyar el dictamen para que se apruebe por una cuestión de responsabilidad. Porque aunque las finanzas del Ayuntamiento no son malas, tampoco nos podemos permitir perder medio millón de euros por no actualizar impuestos y tasas. Menos si estamos de acuerdo con prácticamente todo el contenido». Pero para evidenciar su absoluta disconformidad con ese IBI extra, sólo votaron a favor los ediles necesarios para lograr junto al PSE una mayoría simple, tres, y los otros se abstuvieron.
El resto en contra
PNV, Bildu y EB votaron en contra sumando 11 negativas contra los nueve socialistas y tres populares que dieron el sí. Bildu justificó su postura en una cuestión de forma: «Ya dijimos el año pasado que no nos parece normal votar en un único dictamen todas las tasas y los impuestos. El año pasado propusimos que se separara y ni siquiera hemos recibido una respuesta», recordó Oinatz Mitxelena.
Más compleja fue la justificación de voto de PNV. Su portavoz Xabier Iridoy hizo un recorrido cronológico por las negociaciones mantenidas con el Gobierno para acabar avanzando que «lamentamos tener que votar en contra». Aunque admitió acercamientos en dos de los cuatro puntos en los que discrepaban, «no ha sido suficiente». El desencuentro derivaba de dos puntos. En primer lugar, el PNV admitía subir el IBI un 2,7%, pero razonaba que si el Ayuntamiento aprueba esa subida y después, las Juntas Generales aprueban un incremento del valor catastral desde el que se calcula el IBI, la presión fiscal sobre el ciudadano será mayor. Páez, en su locución inicial, había advertido ese riesgo y había anunciado su «compromiso» de se congelar el IBI de 2014. «Tenemos un plan Económico Financiero que recomienda realizar estas subidas en torno al IPC y ya estamos planteando ir por debajo del IPC actual», había apuntado. Así que PSE y PP invitaron al PNV a pelear en las JJGG por evitar la subida del catastro. Bengoechea añadió que «sería injusto aumentarlo, ya que el valor catastral está en muchos casos por encima del valor de mercado».
No hubo acuerdo. El PNV, ya por boca de Enrique Corchón, siguió pidiendo un incremento menor «como han hecho ya en Donostia ante la previsible subida del catastro» o una «aprobación condicionada a lo que pase en JJGG». Y de nuevo Iridoy tomó la palabra para presentar la segunda discrepancia, ésta con motivo del impuesto de plusvalías. Su exposición de lo que consideraba «una barbaridad» de cuantía sobre las ventas de pisos fue discutida por el Gobierno y el PP, que le achacaron que no interpretaba bien el concepto que se grava. Al final la interventora tuvo que aclarar el sentido de este impuesto, que no era el que los jelzales habían interpretado. Pero tampoco aquí terminó de fraguarse entendimiento.
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