Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa,el sábado día 8 de Noviembre de 2014.

A la caza de un buen tesoro

Buen comienzo. Los expositores empezaron a vender ya en la jornada de ayer, habitualmente, la más relajada de esta feria. / FOTOS: F. DE LA HERA

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• Los primeros minutos de la primera jornada de la feria de antigüedades son el momento en el que los coleccionistas buscan esa pieza clave o el gran chollo

• IÑIGO MORONDO
 
• IRUN

8 noviembre 201400:08
La feria de antigüedades de Curiosity Antic ocupa desde ayer el pabellón 3 de Ficoba. Celebra su cuarta edición en una línea ascendente de visitantes trabajada sobre dos puntos de apoyo: la satisfacción que deja en quien se acerca a conocerla y su creciente renombre al otro lado del Bidasoa. Joaquín Muniagorria, uno de los organizadores, explica que «este año tenemos más expositores franceses que nunca. Gente que vino a la última edición y nos contactó para venir con stand a la siguiente». La feria acaba de abrir y Muniagorria dice que ya ha tenido la misma conversación «con otros tres coleccionistas franceses que vendrán a exponer en la próxima feria».

LA FERIA

Hoy y mañana. La Feria de Antigüedades abre también hoy y mañana en horario ininterrumpido de 11.00 a 21.00 horas con las entradas a tres euros.

Expositores. Son más de cuarenta, la mayoría de diversos puntos de España y una docena llegados desde Francia.

Subasta y sorteo. Dos momentos clave de la feria serán la subasta de objetos (hoy a las 18.00) y el sorteo de 200 euros en compras (mañana a las 17.00).

Esos primeros minutos del primer día son uno de los momentos clave del evento. Tras la apertura de puertas no hay tanta gente recorriendo los pasillos, pero los que están, saben lo que se hacen. Hay quien anda a la caza de 'chollos', entendiendo éstos como piezas que se ofrecen como meramente antiguas pero que, a los ojos de un experto en el tema en cuestión, resultan de un valor muy superior al de su precio de venta. También acuden los que buscan algo muy concreto, como José Antonio Eskuza, que nada más entrar compró «el mueble que estábamos buscando para el caserío, que lo tenemos amueblado con antigüedades. Queríamos un armario un poco especial para el salón y en estos sitios es donde encuentras cosas interesantes». Otros, aún en la búsqueda, prometen contestar preguntas «dentro de una hora si quieres, ahora tengo que comprar», como decía un joven que analizaba minuciosamente, -casi podría decirse que protegía con celo-, antiguos revólveres que se exponían en un stand.

No eran las únicas armas de otra época. Xisco Morera, miembro del Gremio de Anticuarios de Cataluña, se estrena en esta feria con, entre otras muchas cosas, una amplísima colección de espadas que se pueden mirar durante horas, pero que, como indica el cartel, no se pueden tocar. «Ésta, del año 1.500, quizá sea la pieza más antigua de la feria; ésta es de 1.600; esas, del ejército británico del XVIII; aquella, de un oficial nazi; esa daga, de la Primera República...». Parecen piezas de museo. «De hecho, he vendido espadas a varios museos».

Aunque Morera lleva 17 años participando en las mayores ferias del estado, está contento de su estreno en esta modesta cita irundarra. «Apenas hemos empezado y ya hemos hecho unas cuantas ventas». Pero casi hay algo más importante cuando el trabajo va tan atado a una pasión: «he visto muchas cosas que me han encantado. Confieso que he gastado comprando más de lo que he ingresado vendiendo».