Una historia de 23 siglos ligados al hierro
Jesús Laguardia, Iñaki Garrido, Josu Laguardia y Lauren Etxepare han publicado su trabajo dentro de la colección 'Irun tiene historia'
Un estudio con la beca Serapio Múgica analiza molinos y ferrerías del XVI al XVIII
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
'Infraestructuras hidráulicas en la desembocadura del Bidasoa: subcuenca hidrográfica de Jaizubia (S. XVI-XVIII)' es el título del nuevo volumen, decimosegundo, publicado dentro de la colección 'Irun tiene historia'. Firmado por Lauren Etxepare, Iñaki Garrido, Jesús Laguardia y Josu Laguardia, el estudio, centrado en antiguos molinos y ferrerías del oeste de la ciudad, es el fruto de una Beca Serapio Múgica concedida en 2011.
«Irun nació en el hierro y ha vivido 23 siglos del hierro», afirmó Jesús Laguardia. «Antes de los romanos, ya se sacaba material de las peñas de Aia. Ellos vinieron, crearon Oiasso y mejoraron con su tecnología la experiencia que tenía la gente que vivía aquí». Repasó como siglo tras siglo, la minería, las haizeolas, los molinos y las ferrerías dieron pulso a una ciudad «que no sólo veía pasar gente por su ubicación, sino que atraía a mucha por su importancia en el hierro». Incluso con la llegada de los altos hornos, «el hierro siguió siendo importante para Irun, suministradora del material a la industria de Baiona y de otras ciudades». Sin embargo, «en el siglo XX cayó una losa y desapareció de la conciencia colectiva la importancia que el hierro ha tenido en nuestra historia».
Molinos y ferrerías
El rastro férreo en Irun se pierde en los albores de la historia, por lo que un único trabajo no puede atenderlo por completo. El presentado ayer se ha centrado en aquellas infraestructuras hidraúlicas en las regatas del oeste de la ciudad y con actividad entre los siglos XVI y XVIII.
«Este trabajo puede enriquecerla colección 'Irun tiene historia' porque se remonta más atrás en el tiempo y no se refiere al núcleo urbano», explicó Lauren Etxepare, que definió lo que se recoge en el volumen como «la respuesta local al problema universal de cómo moler».
Josu Laguardia detalló que en el trabajo de campo realizado encontraron hasta cinco de las viejas infraestructuras en pie «y restos de varias otras». Reconoció «sorpresas y descubrimientos» y señaló que más allá del interés histórico, el trabajo ya ha tenido aplicaciones práticas: «alegaciones para completar el catálogo de patrimonio que recoge el nuevo Plan General; información de importancia para el Ayuntamiento ante el trazado del TAV planteado sobre una zona de Ventas en la que hay patrimonio de gran valor; información de contexto sobre una charca que apareció en Puiana y que nadie en el Ayuntamiento sabía de dónde salía». Iñaki Garrido completó su explicación sobre el trabajo realizado asegurando que ha sido «multidisciplinar; ni es sólo documentación, ni es sólo trabajo de campo...» y destacó que ofrece «una buena razón a los irundarras para recorrer zonas preciosas que tiene la ciudad y que son poco conocidas».
Para facilitar esos recorridos rurales tras las huellas de aquellas antiguas infraestructuras «el libro incluye un plano encartado desplegable en el que están marcados» los diversos núcleos de actividad industrial recogidos, explicó la archivera municipal, Sagrario Arrizabalaga, que apuntó también que en la edición «se ha respetado el tamaño y el color de los planos y documentos técnicos realizados por los autores». Tanto ella como el delegado de Sociedad de la Información, Pedro Alegre, destacaron que, por primera vez, el libro saldrá editado en formato digital, por 10 euros, pudiendo adquirirse en una tienda online a través de irun.org. El libro físico, por 20 euros, se encuentra ya a la venta en el SAC y en el propio Archivo. Alegre aprovechó la cita para recordar que, con sus 9.000 euros de dotación, «la beca Serapio Múgica es una de las mejor remuneradas de su género en todo el Estado».
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