Un diseño cuidado desde los principios generales hasta el más mínimo detalle
- I. MORONDO | IRUN.
El Espacio Cultural Carlos Blanco Aguinaga gira en torno al atrio acristalado que aporta luz natural y, en cierta manera, es la base de todo el diseño interior, firmado por los arquitectos Luis Uzcanga y Almudena Grandío. División de espacios, alturas, mobiliario, todo se ha estudiado para que encaje con naturalidad. En la misma línea se han trabajado otros detalles como la señalética, es decir, la rotulación que guía al visitante por la biblioteca. En eso, tanto el diseño, de Raúl Grande (estudio Loideo), como su plasmación práctica, de Rotima, llevan sello irunés.
Grande explica que nada se ha dejado a la casualidad. «La tipografía exterior es más literaria, porque Blanco Aguinaga era escritor; en el interior es más clara, de titulares. Hay cosas escritas en vertical, como en los lomos de los libros. Las letras en las puertas tienen la anchura de las manillas; las líneas del plano, la misma altura que las letras de al lado», todo en blanco, rojo y negro, «colores propios de Irun». Todas las letras y carteles guardan proporciones y correspondencias, incluso los vinilos que decoran (necesariamente, por motivos de seguirdad) las paredes acristaladas. Grande añadía sobre estos que las partes sólidas representan «lomos y cubiertas» y las líneas diagonales «hojas de libros» para que, aunque sea de «manera abstracta, todo responda a un sentido». Puede parecer secundario, pero «con otras tramas, como con otras tipografías y otros colores, la biblioteca hablaría al visitante en un tono diferente».
También es suya la señalética exterior: el tótem junto al acceso a las escaleras y el rojo que ha vestido el ascensor. El objetivo era «no crear nuevos elementos que interrumpieran la circulación de los peatones, así que aproveché el ascensor y la barandilla», explica. «En diseño, hay una frase que dice que si no puedes hacer algo grande, lo hagas rojo».
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