Circulares y cartas que han alimentado el voluntariado
Behar Bidasoa ha consolidado un grupo enorme de personas que realizan aportaciones económicas, prestan sus horas desinteresadamente o hacen ambas cosas. Para mantenerlo en el tiempo ha sido muy importante que esas personas supieran que su esfuerzo servía para transformar algunas partes del mundo, que el trabajo daba frutos y que los objetivos se cumplían uno detrás de otro.
La circular, sistema que eligieron aquellos amigos de José Ramón Amunarriz para empezar todo esto, ha sido clave en estos 40 años. Los responsables de la ONG se han encargado siempre de narrar con precisión todo lo que se hacía, el contenido detallado de cada contenedor, casi cada piedra que se ponía al otro lado del mundo y de hacer llegar el agradecimiento sentido y en primera persona que en forma de carta remitían quienes allí recibían la ayuda. La era digital facilitó hacerlo con fotos y de manera más rápida. El Premio al Voluntariado que la Diputación Foral de Gipuzkoa le concedió a la ONG en 2009 es otro refrendo a todo este buen hacer.
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