El gobierno plantea una modificación del IBI tras 5 años de congelación
El pago por servicios de Bienestar Social no registra ninguna variación y se incorporan en la propuesta bonificaciones tanto en impuestos como en tasas
El delegado de Hacienda, Miguel Ángel Páez, ha dado a conocer este viernes en rueda de prensa su propuesta de modificación de tasas e impuestos. «Ayer jueves presentaba en la Comisión de Hacienda la propuesta de ordenanzas fiscales para el año que viene. Hablamos de impuestos como el de vivienda o vehículo que pueden ser los más conocidos, pero también de aquellas tasas que se pagan por la prestación de algún tipo de servicio municipal», explicaba el delegado.
Antes de detallar su propuesta, Miguel Ángel Páez recordaba que «el planteamiento que hemos trabajado desde el área de Hacienda tiene en cuenta la evolución que en este apartado de ordenanzas fiscales hemos llevado estos años, procurando que las modificaciones de estos tributos afectaran lo menos posible al día a día de los ciudadanos y, a poder ser, que la mejorara incluso. Esto nos ha llevado a día de hoy a hacer esa voluntad compatible con el ritmo de una ciudad que ha visto incrementado mucho su número de servicios, apertura de nuevos recursos, como los centros sociales en los barrios, y en definitiva inversiones que requieren por nuestra parte un ejercicio de responsabilidad para compensar esa inversión y que el Ayuntamiento de Irun afronte de forma óptima el coste de todos estos servicios a los que accedemos o disfrutamos todos los iruneses».
Uno de los impuestos más importantes es el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Recordaba Páez que desde el año 2014 está congelado, «e incluso del 2016 al 2017 se bajó para paliar la revisión del valor catastral que hizo público la Hacienda Foral y que se incrementó en ámbitos como el de la vivienda hasta un 27%. Los ayuntamientos tenemos la herramienta para regular este impuesto que se basa en los índices del valor catastral que pone la Hacienda Foral. Y viendo la subida de aquel año, se optó por un descenso para que el impacto en la economía de las personas, dentro de la subida que podría ser, fuera el mínimo».
En esta propuesta se plantea una subida del 1,5% lo que, llevado a casos prácticos, se traduce en subidas que oscilan entre 3 y 6 euros en el recibo del IBI de una casa media. Por ejemplo, una vivienda de 80 metros cuadrados en San Miguel, con un valor catastral de 102.995,22 euros pasaría de pagar 215,05 euros a 218,27 euros; diferencias similares encontraríamos en Paseo de Colón o Palmera Montero por poner otros ejemplos.
Por seguir por otro impuesto importante, la viñeta, el incremento es del 1% excepto cohes y motos de gran cilidrada (turismos de más de 16 y 20 caballos fiscales) y motocicletas de más de 500 y más de 1.000 c.c. que suben un 2%.
Bonificaciones de impuestos
En cualquier caso, el delegado de Hacienda remarcaba que se mantiene la política de bonificaciones. Páez se refería a las reducciones que se concretan en estos dos impuestos de la siguiente manera: en el caso del IBI, 50% en casos de familias numerosas cuya vivienda tenga los valores catastrales inferiores a los 277.371 euros, y otro 50% a las viviendas de VPO durante los tres años desde la calificación definitiva; en cuanto a la viñeta se mantiene el 45% a un solo turismo de cinco o más plazas, cuya titularidad recaiga en algún miembro de una familia numerosa. Además, en línea con la apuesta por la sostenibilidad, se amplían las bonificaciones a vehículos eléctricos e híbridos, pasando del 75% al 95% en el primer caso y del 50% al 75% en el segundo.
Sin tocar el bienestar social
En cuanto a las tasas municipales, cabe señalar que se incluyen en esta propuesta de modificación aquellas que entran en vigor con el año, a contar desde el mes de enero, a diferencia de las tasas que van sujetas al año escolar o al verano que no forman parte de esta modificación. Miguel Ángel Páez se detenía en este punto para destacar que ninguna tasa por prestación de servicios ligados a bienestar social registra variación. Es decir, el Servicio de Atención a Domicilio (SAD) o la residencia y centro de día no sufren ningún incremento.
Entre el resto de tasas más significativas, encontramos las tasas por utilización o aprovechamiento de vías públicas municipales (veladores, andamios, vados, etc.), celebración de ceremonias civiles en la Sala Capitular, por prestación de servicios públicos (otorgamiento de licencias urbanísticas, retirada y custodia de vehículos, por ejemplo), el cementerio municipal o los precios públicos por asistir a espectáculos u otras actividades municipales. Estos tributos registran incrementos que oscilan generalmente entre el 1 y 2% con excepciones como las anteriormente citadas de bienestar social, y el mercadillo.
«Venimos desde los últimos años trabajando en ese objetivo de que no se amplíe más la brecha entre lo que paga el usuario y lo que cuesta el servicio a la ciudad, que cada año ha seguido aumentando», explicaba Páez. Cabe señalar que estas tasas, que son los precios que se ofrecen para la prestación de servicios municipales, mantienen capítulos de bonificaciones, y en ocasiones se aumentan, en función del criterio de la renta con el objetivo de poder ayudar a aquellas personas que quieren hacer uso de ese servicio pero que les resulta más complicado al no tener capacidad económica.
Entre las novedades, se incorpora un bono de entrada al Centro Cultural Amaia que permite la reducción de hasta un 40% en el acceso de dos personas adultas que acudan con dos menores de 14 años juntos al centro; asimismo se suma la tarjeta de familia numerosa al capítulo de entradas reducidas que ya tienen por ejemplo los poseedores de la Gazte Txartela, personas desempleadas y menores de 14 años.
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