«Queremos que los grupos participen en la gestión de este presupuesto»
El Gobierno local anuncia una nueva fórmula de trabajo a raíz de los acuerdos firmados
El proyecto de presupuesto municipal de 2020 tiene una vocación que trasciende el ejercicio. El Gobierno municipal inició las negociaciones con los grupos de la oposición sabedor de que «al comienzo del mandato Irun necesitaba un presupuesto fuerte. Éste lo es», aseguraba ayer el delgado de Hacienda, Miguel Ángel Páez. «Da respuesta a las necesidades de 2020 y además reserva significativas cantidades para seguir ejecutando proyectos importantes durante todo el mandato hasta 2023. Hablamos de vivienda, infraestructuras, renovación de entornos urbanos, de la construcción del nuevo edificio municipal, de la construcción de casa de las mujeres... Es», sentenciaba Páez, «un presupuesto de un mandato».
El delegado atribuyó a esta previsión de gasto la condición de ser «la más plural» que ha tenido el consistorio en mucho tiempo y anunció también una novedad «que está en el espíritu de los acuerdos que hemos firmado con Elkarrekin Podemos-IU y con Bildu». Según indicó el delegado, ambos grupos van a participar de una «cogestión de los proyectos que han incorporado a los presupuestos», algunos de gran trascendencia económica y social, como la construcción de la Casa de la Mujer, el desarrollo de un parque municipal de VPO en alquiler, la creación de un servicio municipal de la energía verde... «No se trata de que el Gobierno haya conseguido aprobar los presupuestos y de que desde ahora el Gobierno los vaya a gestionar. No. Queremos que los grupos, todos los grupos si fuera posible, participen en la gestión de los asuntos que hemos aprobado juntos», avanzó Páez.
Es una forma de funcionar nueva en el consistorio que profundiza en «la senda de estabilidad» que se busca para el mandato. «Éste es un presupuesto que se ha hecho para todos, que no se ha hecho contra nadie». Como bien dijeron muchos portavoces, incluso el propio Páez, cada grupo hubiera redactado un documento diferente del aprobado, «pero en éste cabemos todos. Un presupuesto es toda una declaración de intenciones políticas y muchas veces alguien puede no sentirse cómodo. Pero las cuentas que aprobamos el martes tienen una percha que sirve para todo el mundo», aseguró el delegado, que insistió en que «va a servir para gestionar, si se quiere, los intereses de Irun de manera conjunta».
«Mano tendida» al PNV
Si algo ha enturbiado la negociación de estas cuentas municipales ha sido, una vez más, la confrontación con el PNV. «Hasta el martes de la semana pasada, las negociaciones con el PNV y su portavoz, Xabier Iridoy, fueron bien. Las decisiones tomadas al margen de Irun por parte del PNV de Gipuzkoa son las que han enturbiado y roto la negociación», dijo Páez.
Aseguró el delegado que después de las primeras declaraciones jeltzales tras conocerse públicamente los acuerdos del Gobierno con Podemos-IU y Bildu, «tuvimos una reunión en la que les dije que manteníamos lo que habíamos negociado: enmiendas por más de 650.000 euros y compromisos políticos en varios temas a cambio de su voto a favor o incluso de su abstención», dijo mostrando el cuadro que presentaba la propuesta. «Imagino que los responsables del partido en Gipuzkoa no le dejaron a Iridoy cerrar el acuerdo». Páez se preguntaba «qué valor ha obtenido el PNV de esto que ha hecho», porque después de no haber querido firmar ese documento, «han acabado absteniéndose pero sacando enmiendas por valor de 117.000 euros y sin conseguir ninguno de los acuerdos políticos que planteaban». Y todo ocurrió, según Páez «porque hemos pactado con otras formaciones. Pero es mi obligación hablar con todos y conseguir siempre el mayor consenso posible. El PNV no puede, por sí mismo, excluir a otras fuerzas de posibles acuerdos».
Páez pidió a los jeltzales de Irun «que pasen página y dejen de lado descalificaciones y mentiras como las que dijeron en el Pleno». Aseguró que por su parte «nada está roto. La mano está tendida para trabajar desde mañana por los intereses de Irun. Nuestra responsabilidad es que los proyectos de Irun, estratégicos y no estratégicos, salgan adelante. Ahí nos vamos a encontrar si quieren».
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