Ane Unanue (i), Jokin Melida y Oihana Briones. / Irungo EH Bildu

El coronavirus ha perjudicado aún más la situación de las personas migrantes. Los viajes que ya eran difíciles y largos son ahora aún más difíciles y largos, y las condiciones para viajar todavía más duras. «Las personas migrantes que llegan a Irun también se encuentran con nuevas dificultades: los controles en la muga hacen casi imposible atravesarla. Así, no pueden continuar su viaje con el fin de conseguir la vida digna que tanto desean (y merecen)», señalan desde EH Bildu.

«Por si todo esto no fuera suficiente, estos días varias personas han sido excluidas del dispositivo de atención a las personas migrantes. A pesar de haber sitio en el dispositivo (de las 50 plazas, el día de mayor ocupación se han llenado 15) se han quedado en la calle bajo el argumento de no cumplir los criterios del Ministerio. Ante ello Irungo Harrera Sarea ha montado, de urgencia unas tiendas de campaña para dar un mínimo cobijo a estas personas».

EH Bildu de Irun denuncia que «esta situación es totalmente inaceptable. Todas las personas tienen derecho a un refugio digno y no es de recibo dejar a nadie en la calle. Es aún más grave en plena pandemia, con el toque de queda en vigor y el invierno (y el frío) llamando a la puerta. Todo es aún más kafkiano cuando sobra espacio en el albergue».

«Esta grave situación requiere una solución inmediata». Así, EH Bildu de Irun ha pedido al gobierno municipal que lleve a cabo las acciones oportunas para dar una solución cuanto antes. Asimismo, «queremos tender la mano al gobierno municipal para colaborar en ello».

«Estos días, a través de los medios de comunicación, estamos conociendo el trato injusto que reciben las personas migrantes en las islas Canarias, algo totalmente inaceptable y que aquí no se puede repetir. Así, queremos poner en valor, agradecer y aplaudir el trabajo que Irungo Harrera Sarea está realizando durante todos estos años, y también en esta difícil situación. Las voluntarias y voluntarios de la red trabajan día a día en dar asistencia y acogida digna a las personas migrantes que llegan a Irun. Dan lo mejor de sí mismos para apoyar a quienes más lo necesitan. Estas voluntarias y voluntarios nos han dado una lección enorme a todos, sobre todo, a las instituciones que tienen la competencia en la materia. Así es el momento de tener en cuenta que por encima de medidas burocráticas escritas en el papel están las personas para que Irun sea, de verdad, una ciudad de acogida».