El origen del nombre de los siete barrios históricos de la ciudad
- I.M. | IRUN.
La toponimia está llena de información que puede ser reveladora sobre la forma o el uso de un paraje en el pasado. La transformación que sufren los nombres en el tiempo puede, sin embargo, llevar a error. Expresiones o palabras en desuso, deformaciones derivadas del lenguaje oral, modificaciones en la versión escrita, ya sean por error del escribano ya por la evolución en la representación de sonidos, traen a nuestros días antiguas toponimias que requieren de estudio para su correcta interpretación.
Así, parece que Azken Portu no es el 'último puerto' que sugiere su traducción literal, sino más bien 'el puerto del cerro', en referencia a la anexa elevación de Artia, como indicaría su antigua forma 'Azkain Portu'. Tampoco Gaintxurizketa se refiere a una 'cima blanca', sino a una cima despejada de árboles, recogiendo una acepción de 'txuritu' como talar que ya no existe en el batua.
Diversos autores han querido profundizar en los cientos de toponímicos locales, destapando información y curiosidades. Con mejor o peor suerte, también se han investigado los nombres de los siete barrios históricos de la ciudad.
Behobia
Barrio joven, topónimo antiguo
En los archivos, Behobia consta como barrio desgajado de Bidasoa desde 1887, lo que lo convierte en el barrio más joven. Su toponimia, sin embargo, es de las más antiguas. No existe tampoco consenso pleno al respecto de su significado, aunque aquí las opciones están limitadas a Beko-ibia y Behor-ibia, 'vado de abajo' y 'vado de las yeguas', respectivamente. Antonio Aramburu, autor del libro 'Los siete barrios de Irun' (LUKT, 1998), texto fundamental para este artículo, advierte que la primera encaja mal, dado que río abajo había más lugares para vadear las aguas del Bidasoa. Por contra, refuerza la otra con documentos medievales que se refieren a la posibilidad de cruzar el río en este punto «de a pie y de a caballo».
En cualquier caso, ambas opciones comparten la referencia al 'paso', una conexión natural que se daba entre ambas orillas en marea baja a la altura de la isla de los faisanes. De ahí viene también un nombre, no oficial y que, tras años extinto, parece empezar a resurgir. Denomina al barrio 'Pausu', vocablo que, más comúnmente usado en Iparralde que en Hegoalde, sirve para referirse a los lugares de tránsito.
Meaka
La zona de las viejas minas
El título de esta parte lleva la grafía actual, la que la web del Ayuntamiento utiliza para citar éste como uno de los siete barrios históricos. Sin embargo, Aramburu emplea Meacar para el capítulo correspondiente de su libro. Advierte que en antiguos legajos aparece como Meaçar, atribuyendo a la ce cedilla de la época la representación del sonido zeta del euskera actual. Elhuyar traduce 'mea' como mineral o veta, por lo que no es difícil concluir que Meazar es, casi literalmente, 'mina vieja'. Aramburu refiere documentación del uso de la ce cedilla como zeta en denominaciones locales como Eiçaguirre, Urançu o Çamora; así como otras que transformaron su zeta en ce, como Arrezubieta-Arrecubieta o Zatarain-Catarain. Por todo ello, concluye que la actual denominación de 'Meaka', con esa grafía, «es un absurdo intento de 'vasquizar' lo euskaldun».
Bidasoa
El barrio del río
Como en el caso de Irun, Bidasoa ha sido motivo de discusión entre historiadores y lingüistas sin que se haya alcanzado acuerdo. La versión más respaldada, la que recogen las paredes del Museo Oiasso, apunta a una euskerización del latinismo 'Via ad Oiasso', tesis que se siente reforzada porque en los siglos XI y XII aparezca escrito como Bidasso e incluso Vidasso. Otros desconfían de esa opción y sugieren orígenes puramente vascos como bide-baso (camino del bosque), bide-osoa (camino completo) o bide-artzu (por el lecho pedregoso de este río).
De lo que no hay duda es de que el río da nombre al barrio.
Lapize
Recorrido del Camino Real
Lapitz se usa en euskera para referirse tanto a la pizarra como a la marga, dos tipos de roca cuya existencia no es conocida en ninguna zona de este amplio barrio irundarra. Así Aramburu opta por una referencia de Koldo Mitxelena, que llama por ese nombre a una antigua medida de longitud de origen gascón. Eso sí le pareció «lógico» a Aramburu, pues era por este barrio por donde discurrían el Camino Real (desde el límite con Oiartzun hasta la plaza de San Juan) y el que llevaba a Hondarribia.
En origen, 'Lapiza', como se denominaba al menos hasta el siglo XVI, se consideraba todo lo que en la universidad Irun-Uranzu no era 'Ergoyen' ('parte alta del pueblo' que agrupaba, por decirlo de algún modo, todo lo que hoy queda al sur de la autopista).
Ventas
Puesto comercial y de peaje
En 1496 Hondarribia prohibió que cualquier transacción de cereales (y otras mercancias) tuviera lugar en Irun, obligando a que toda actividad comercial se diera en sus tierras. Sin embargo, dice Aramburu que ya existía entonces un topónimo 'benta' para referirse a una zona de Lapize, en el extremo oeste de la universidad, en la que trigo y otros bienes laburtanos se vendían a clientes guipuzcoanos. Tras anularse aquella prohibición, casi 100 años después, se rebautizó como 'bentaberria' y con el tiempo, en Venta de Irun y, más tarde, Ventas de Irun.
El barrio, que logró tal condición en los albores del siglo XIX, recibe también otros nombres. Katia le sobreviene por la cadena que en 1788 se instaló para cobrar peaje por el uso de las renovadas carreteras guipuzcoanas, no muy lejos de la ubicación de la 'benta'. Desde mediados de los 70 se le llama también Landetxe o Landetxa. Aramburu lo atribuye a una iniciativa foral de finales del XIX que, tras la integración de los territorios vascos bajo la Constitución Española, requirió que calles y barrios se identificaran en castellano además de en euskera. Junto a otros deslices toponímicos, Aramburu reseña aquí el surgimiento del nombre Landetxa porque «Venta se tuvo por castellano», pese a estar «aceptado en el idioma de nuestros antepasados [...] sin ningún sonrojo». Asevera que nadie usó el nuevo nombre hasta que en 1975 una placa de aquella época localizada en un caserío lo hizo resurgir.
Anaka
'El brezal' desgajado de Lapice
Es el nombre del que menos referencias existen, pese a que es uno de los barrios más recientes (principios del XIX), aunque el topónimo es anterior. José Antonio Loidi lo identifica con una antigua forma vasca para brezal, arbusto que según José Antonio Aramburu podía denominarse también aiñakar, iñakar, añaka... Aunque el barrio sea 'reciente', varios documentos contienen referencias previas a una zona existente con ese nombre, ya incluso en el siglo XVI, siempre bajo las grafías Anaka o Anaca.
Olaberria
La ferrería de Santxotenea
El valle de Olaberria toma su nombre, literalmente, de la que en su momento fue la 'ferrería nueva'. Podrían quedar dudas respecto a como es posible que una nueva 'infraestructura', denominara todo un barrio ya poblado. Para Aramburu es muestra de su importancia, lo que le lleva a pensar «huyendo, claro está, de afirmaciones tajantes», que quizá pudiera ser la primera «animada por la fuerza motriz del agua». El propio Aramburu la ubica en el entorno del molino de Santxotenea.
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