Nuevo récord en año de mudanza
El albergue de peregrinos mejora sus números en un 2018 marcado por el traslado de las camas de Lucas de Berroa a la nueva sede en el parvulario de la calle Lesaka, en El Pinar
La Asociación Jacobea de Irun-Bidasoa Jacobi ha cerrado un 2018 que pasará a su historia. No porque haya vuelto a mejorar las cifras de pernoctaciones del albergue de peregrinos; eso ocurre cada año desde que lo abrieron en 2004. Lo relevante del año recién terminado ha sido que se ha consumado un traslado largamente anhelado.
La sede del albergue, en unos pisos municipales en la calle Lucas de Berroa, no cumplía desde hacía tiempo con las necesidades de un servicio que cada año atiende a más gente. El día de Santiago de 2018 se cerró una etapa de más de 10 años con la apertura de la nueva sede del albergue en el antiguo parvulario de la calle Lesaka, en El Pinar, tras las obras para acondicionarlo. Las camas pasaron de 50 a 60 y los baños y duchas, de 2 a 6; más espacio interior y un espacio exterior que no existía; más amplitud, más comodidad. «Mejor», sentencia el presidente de Jacobi, Josin Galzacorta, que está convencido de que será «un albergue de referencia».
- peregrinos pernoctaron en el albergue entre marzo y octubre
- 2017 había puesto el récord en 7.305
- Muchas nacionalidades
- Residentes en 71 países diferentes han dormido en el albergue. En muchos casos son representaciones testimoniales, pero de 10 países (sin contar España) hubo más de un centenar de visitantes. Sólo un tercio del total venía de España.
- Intergeneracional
- Todos los tramos de diez años cuentan con más de un millar de peregrinos que visitaron el albergue. Sólo los menores de 19 (318) y los mayores de 70 (332) no llegan a 1.000. Del total, 7.468 hacían el camino a pie, 382 en bici y uno a caballo.
En agosto, al límite
El mayor aforo del nuevo albergue se hizo relevante desde los primeros días tras su apertura. En 2017, el mes de agosto dejó una ocupación media de casi 47 peregrinos por noche en una sede de Lucas de Berroa que no podía acoger más de 50. En 2018, ya en la nueva ubicación, las pernoctaciones medias en ese mismo mes del año se elevaron a 55 por noche.
Es una de las razones por las que con 7.851 peregrinos hospedados al cabo del año, se ha vuelto a batir el récord. Pero no la única. De los ocho meses en los que permanece abierto el servicio en Irun, desde marzo a octubre ambos inclusive, en seis de ellos se han apuntado registros mejores que el año anterior, incluso antes de abrir las nuevas instalaciones.
«El Camino de Santiago va a más», afirma Galzacorta, que sabe que en ese crecimiento, el más beneficiado es el Camino de la Costa, el que arranca en Irun, «porque el Camino Francés está saturado». Sabedora de eso, la asociación bidasotarra ha puesto «todo el corazón en acoger a los peregrinos de la mejor manera posible» y el nuevo albergue ha sido un paso importante en ese sentido. «La colaboración de Gobierno Vasco, Diputación Foral de Gipuzkoa y Ayuntamiento de Irun ha sido fundamental», agradece el presidente. «Seguiremos mejorando las instalaciones. Ya tenemos muchas ideas. Pero 'piano piano'».
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