domingo, 20 de octubre de 2019

Mucho sentido común y una dosis de desconfianza para evitar sufrir un robo

Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 20 de Octubre de 2019.

Mucho sentido común y una dosis de desconfianza para evitar sufrir un robo

Asistentes a la charla que ofrecieron agentes de la Policía Local el pasado lunes en Behobia./F. DE LA HERA
Asistentes a la charla que ofrecieron agentes de la Policía Local el pasado lunes en Behobia. / F. DE LA HERA

Agentes de la Policía Local ofrecieron consejos y recomendaciones contra las sustracciones en una charla que acogió el centro social de Behobia

JOANA OCHOTECOIRUN.
Poner a trabajar nuestro sentido común y arriesgarnos a pecar de desconfiados son dos buenas armas para evitar ser víctimas de robos. Fueron dos de las ideas que transmitió la Policía Local de Irun en la charla sobre prevención de robos que impartieron, esta semana, en el centro social de Behobia.
No pregonar que nos vamos de vacaciones es uno de los consejos clásicos para evitar robos mientras estamos ausentes, pero en tiempos de redes sociales muchos descuidan este aspecto ante la tentación de mostrar a sus contactos cómo disfrutan de un tinto de verano en la playa. «Intentad evitarlo. Ya subiréis todas las fotos cuando volváis a casa», recomendaron los agentes. Siempre es conveniente que nuestra vivienda aparente estar ocupada aún cuando no estamos: un familiar o vecino de confianza puede encargarse de subir y bajar persianas, recoger la correspondencia del buzón o incluso encender y apagar alguna luz.
En casa:
No abrir la puerta a desconocidos ni dejar entrar a vendedores. Si abrimos a alguien que no conocemos, tener el teléfono a mano con el número de la policía memorizado.
Al salir:
Cerrar siempre la puerta con doble vuelta de llave. Cerrar las ventanas, aunque vivamos en un piso alto. Si hay ventanas accesibles desde el rellano o la calle, instalar rejas si es posible.
En caso de robo:
Si descubrimos un ladrón dentro de casa, no plantarle la cara. Si al llegar encontramos la puerta forzada y abierta, no entrar ni tocar nada y avisar a la policía.
En vacaciones:
No comentar una futura ausencia con desconocidos ni publicarlo en redes sociales. Evitar mensajes que informen de la ausencia en el contestador. Recurrir a un familiar o amigo para transmitir sensación de habitabilidad en nuestra vivienda.
Personas extrañas
Evitar a desconocidos que se nos acerquen o mantener una distancia física hacia ellos. Si nos vemos intimidados, pedir auxilio. En aglomeraciones, desconfiar de quienes se nos acerquen.
Bolsos y objetos de valor
Llevar los bolsos cerrados, en bandolera y pegados a la parte delantera del cuerpo. Conviene guardar el dinero en los compartimentos interiores. No llevar a la vista relojes y joyas.
Al sacar dinero
Utilizar, preferentemente, los cajeros del interior de las entidades bancarias. Evitar sacar grandes cantidades de dinero y, si es indispensable hacerlo, acudir acompañados. Guardar el dinero antes de salir a la calle.
En el exterior
Vigilar que no nos sigan y evitar que alguien nos aborde con cualquier excusa.
Cómo proceder
Intentar mantener la calma y no ofrecer una resistencia exagerada que nos pueda poner en peligro. Fijarse en detalles que puedan facilitar la identificación del atracador. Llamar al 112 y acudir a Comisaría para denunciar el hecho.

Fotos a los objetos de valor

También hay que tomar precauciones mientras estamos dentro de casa, siendo recomendable cerrar la puerta con llave, dándole dos vueltas y dejándola puesta. Si llaman al timbre, «no deberíamos abrir a desconocidos», incluso si son repartidores de publicidad. «Lo que nos tengan que decir, pueden hacerlo desde detrás de la puerta. No abráis a nadie, y menos si estáis solos». En el caso de comerciales de empresas de energía o electricidad, siempre se debe solicitar la correspondiente identificación, si bien se han dado casos de personas que utilizaban documentos de identidad falsos. Además, los trabajadores de este tipo de empresas «siempre suelen llamar antes para avisar de que van a ir». Es mejor, reiteraron los agentes, «no dejar entrar a nadie».
Otro consejo útil es sacar fotografías a los objetos de valorque podamos tener, como «relojes, joyas, móviles, bicicletas... Si nos los roban, pero posteriormente son hallados, podremos justificar con esa fotografía que son nuestros». Las instantáneas también pueden resultar útiles para realizar reclamaciones a los seguros.
Si nos vemos ante la situación de encontrarnos a los ladrones dentro de casa, lo mejor es «no plantar cara e intentar mantener la tranquilidad». En el caso de hallar la puerta del domicilio abierta o forzada al regresar a casa, no debemos entrar ni tocar nada, sino llamar rápidamente al 112.
Algunos asistentes a la charla preguntaron por las marcas que «supuestamente» dejan los atracadores en domicilios susceptibles de ser robados. Los agentes explicaron que si detectamos cualquier señal extraña en el portal o puerta de casa, debemos informar a la policía.
Los agentes recordaron que, en la calle, los bolsos deben llevarse «en bandolera y en la parte de delante del cuerpo, con las cremalleras, por supuesto, cerradas». Un asistente apuntó una recomendación en este sentido, asegurando que los bolsos que se cierran con velcro ofrecen más seguridad al resultar más complejos de abrir que los de cremallera. En cualquier caso, conviene no abrirlo delante de desconocidos y es mejor pecar de desconfiados. Uno de los escenarios que se producen en robos en la vía pública consiste en que «se nos acercan dos personas, una nos despista hablándonos y la otra nos mete la mano en el bolso o el abrigo sin que nos demos cuenta». Siempre es recomendable «mantener las distancias»
Esas tácticas de despiste pueden producirse con variaciones, como atestiguaron algunos de los asistentes: un hombre contó que «el otro día me vino una y se me colgó del cuello diciéndome que 'cuánto hacía que no te veía'. Para cuando me di cuenta me había quitado la cadena». Los agentes confirmaron que «cada vez sucede más que se nos acerque una persona en actitud cariñosa, que lo que quiere es robarte». Otras asistentes a la charla conocían el caso de una amiga a la que una persona le robó su cadena mientras la abrazaba con la excusa de que le recordaba a su abuela. Pero, recordaron los agentes, «nadie va por ahí repartiendo amor y abrazos. Desconfiad».

Gritar «fuego»

Las precauciones deben extremarse en las aglomeraciones: «agarrad el bolso como si fuera la vida». Y nada de guardar la cartera o el móvil en el bolsillo trasero del pantalón. «Por llevarlo así me robaron a mi una vez», apuntó uno de los asistentes. Si nos sentimos intimidados por alguien, «chillad, pedid auxilio, que se note que pasa algo». Y un apunte especial en este sentido: es mejor gritar «fuego» para llamar la atención de otros viandantes. Si el estrés del momento nos lo permite, es aconsejable fijarse en rasgos físicos que puedan ayudar a identificar, posteriormente, al atracador.
A pesar de que podamos tener interiorizadas todas estas recomendaciones, todos podemos despistarnos algún día o ser engañados. «Somos humanos. Y quien va a robar, sabe cómo hacerlo». La sensación que se le queda a uno después de sufrir un robo o un atraco «es muy dura», pero no debe bloquearnos. Hay una serie de pasos que debemos seguir si nos ocurre una situación así: en primer lugar, llamar al 112 para solicitar presencia policial o acudir nosotros mismos, si es posible, a Comisaría. Allí, explicaron los agentes, nos facilitarán los números de teléfono necesarios para anular nuestras tarjetas de crédito, en caso de que nos las hayan sustraído.

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