Noticia publicada en Diario Vasco,el viernes día 6 de Noviembre de 2020.
«Hay zonas urbanas que habrá que defender de la subida del nivel del mar con obra dura»
El estuario del Bidasoa aparece como zona de riesgo para 2050 en estudios de diversas instituciones que se presentaron en Uhinak

Bakio y Zumaia son los municipios en los que los investigadores vascos prevén los mayores efectos del cambio climático sobre el litoral vasco. El Gran Bilbao y las playas son otros focos de riesgo principales, pero en esa lista aparece también el estuario del Bidasoa.
Hay que aclarar que no se habla de anegaciones permanentes. Se trata, fundamentalmente, de que eventos de altura del mar que hasta ahora ocurrían una vez cada 100 años, en el siglo XXI lleguen a ocurrir cada año; cada más tiempo cuanto más nos ajustemos a los objetivos del Acuerdo de París. En la comarca, el mayor riesgo de inundabilidad está en zonas no residenciales. Las islas del Bidasoa, el parque de Osinbiribil y las marismas de Plaiaundi y Jaizubia son las que se encienden primero en cualquier simulación sobre inundabilidad y eso es algo lógico. Tienen la función de absorber crecidas fluviales y mareas elevadas, pero hay que proteger su perdurabilidad. «Manglares, marismas y praderas marinas se valoran ahora por su capacidad para 'secuestrar' CO2 que si no iría a la atmósfera», apuntaba ayer en la conferencia inaugural de la segunda y última jornada de Uhinak 2020, María José Sanz, del BC3. «Al restaurar esos ecosistemas y al actuar para reforzarlos, la prioridad no debe ser maximizar su capacidad de absorber CO2, sino maximizar su resiliencia, su adaptabilidad a los cambios y su capacidad para amortiguar las subidas de nivel de las aguas».
También en zona residencial
El estudio preliminar para la elaboración del Plan Territorial Sectorial del Litoral Vasco, comunicado en Uhinak, por Amaia Salaberria (Salaberria Ingineritza), coloca el estuario del Bidasoa como una de las principales zonas de riesgo, con afección a zonas urbanas además de a los ecositemas de marisma. También apuntan riesgo de inundabilidad por mareas (sin valorar otros riesgos por fenómenos costeros) en zonas residenciales de Irun, Hondarribia y Hendaia-playa el proyecto Kostegoki (sobre vulnerabilidad de la costa vasca) que ayer dio a conocer el investigador de Azti Manuel González, y el informe sobre la franja costera presentado por Nicanor Prendes y Galo Díez, del Ministerio de Transición Ecológica.
Los científicos que han participado en Uhinak han insistido en seguir trabajando por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para minimizar los impactos del cambio climático. Pero, sobre todo, han incidido en que esa labor de mitigación no riña con la de adaptación, que ya se califica de necesaria. «Hará falta inversión, pero no actuar saldrá mucho más caro», dijo Elisa Sainz de Murieta (BC3) al presentar una comparativa de costes.
En Uhinak, varios investigadores de la Universidad de Pau han explicado líneas en las que trabajan para pensar en cómo adaptar el entorno costero del BAB. En Euskadi, «sobre todo en los estuarios y en lo que se refiere a zonas urbanas», avisaba Manuel González, «hará falta obra dura (diques, espigones, elevar la cota a 5 metros). Es a largo plazo, pero hay que ir valorándolo desde ya».
No hay comentarios:
Publicar un comentario