Diputación subvenciona el dragado del pantalán de Santiagotarrak
Sólo falta un informe del Gobierno Vasco para que comience una obra ya adjudicada y que no gusta a las agrupaciones ecologistas locales
- IÑIGO MORONDO | IRUN
La acumulación de lodos y sedimentos en el lecho del río, y especialmente en sus márgenes, lleva años afectando al embarcadero de las instalaciones municipales de remo y piragüismo que gestiona la Sociedad Deportiva Santiagotarrak, en el paseo Real Unión.
Primero a los deportistas y posteriormente al Ayuntamiento les empezaron a preocupar los desperfectos que se podían ocasionar en el pantalán durante la bajamar ya que, en lugar de bajar con el agua, queda apoyado de forma irregular en los lodos acumulados, forzando elementos clave de la estructura que unen las pasarelas con el pantalán y creando «tensiones para las que no está diseñado. Existe el peligro de que nos quedemos sin embarcadero», señalaba el delegado de Deportes, Pedro Alegre.
A finales del mes de agosto, el Gobierno municipal adjudicó los trabajos de bombeo para acondicionar la margen del río en ese lugar concreto, bajo el embarcadero, por un total de 56.492 euros. Ahora, la Diputación Foral de Gipuzkoa ha respondido favorablemente a la petición de subvención y aportará 40.000 euros para la realización de estos trabajos.
La obra no se ha llevado a cabo aún porque, aunque «todas las administraciones que tienen competencia en este ámbito y tienen algo que decir, han dado su visto bueno», todavía es necesario que llegue «un último informe del Gobierno Vasco», explicaba la delegada municipal de Obras, Cristina Laborda.
La propia concejal hacía un requerimiento al Ejecutivo autonómico para que no demore el envío del documento. «Pedimos la máxima celeridad posible porque para acceder a la subvención de la Diputación Foral, hay que justificar toda la documentación antes de fin de año». La obra tiene un plazo previsto de un mes aproximadamente, por lo que existe margen suficiente para cumplir con las previsiones.
Discrepancia ecologista
Varias agrupaciones ecologistas de la ciudad, reunidas en el colectivo Bidasoaldeko Lagunak denunciaron públicamente la intervención prevista y trasladaron al Gobierno municipal una solicitud para que paralizara el procedimiento y no llevara a cabo esta obra, instándole a optar por una «solución distinta» que no supusiera «la destrucción de estos llanos fangosos, un hábitat que cuenta con diversas figuras de protección».
Ya en su momento, el alcalde, José Antonio Santano se encargó de explicar que el proyecto se había desarrollado «cumpliendo con exquisitez todos los requerimientos legales» relativos a una actuación en un espacio de especial protección como es el de la desembocadura del Bidasoa y que se habían realizado los pertienentes estudios, incluido «un estudio de Impacto Ambiental».
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