LA CLARIVIDENCIA DE CIPRIANO LARRAÑAGA FACILITÓ EL PASO AL OTRO LADO DEL BIDASOA
“Irún debe ir a la vanguardia de los pueblos, demostrando su amor al progreso y siempre con el apego a la tierra” – Cipriano Larrañaga.
Cipriano Larrañaga, Alcalde de Irun (1889-1903 y 1909-1911), del partido liberal, fallecido en 1913, vio perpetuada su memoria en 1923 y el Ayuntamiento acordó dar el nombre de Cipriano Larrañaga a la calle paralela al Paseo de Colón, comprendida entre la Plaza de Los Fueros y Pí y Margall, y la estación del ferrocarril de la frontera (“topo”) “en reconocimiento de la labor que realizó durante su gestión al frente de la Alcaldía y de los méritos contraídos como irunés distinguido”.
“Las condiciones de carácter del señor Larrañaga, su conocimiento de las cuestiones municipales y de los asuntos que principalmente interesaban al pueblo de Irun, eran una garantía segura del acierto que había presidido, al elegirle de nuevo para presidir el AYUNTAMIENTO”, dijo la prensa de la época con motivo de una reelección.Cipriano Larrañaga Bereciartua, perteneciente al partido Liberal, rigió la alcaldía de Irun desde 1898 a 1904 y desde 1909 a 1911. Bajo su mandato se impulsaron importantes obras, tales como el proyecto de la Avenida de Iparralde y el puente internacional sobre el Bidasoa, la constrUcción de pabellones del Hospital, arreglo de la casa consistorial con motivo de la celebración de las fiestas Euskaras de 1903, ampliación de la traída de aguas y alcantarillado, construcción de las escuelas Viteri, repoblaciones forestales en los montes comunales, y otros proyectos.
Al mismo tiempo regentaba su propia Agencia de Aduanas.
Al mismo tiempo regentaba su propia Agencia de Aduanas.
Emilio Navas dijo de él: “Se distinguió por su caballerosidad, celo y escrupulosidad en la administración comunal. La política quebrantó un poco su salud; Era de carácter mesurado y siempre quiso lo mejor para Irun”.Ya en 1902, el entonces alcalde de Irún, Cipriano Larrañaga, comunicó a la Diputación de Guipúzcoa su idea de construir un puente en la zona de Santiago, cerca de la estación de tren de Hendaya, para facilitar el paso a Hendaya, ya que en aquel punto sólo existía un servicio de barcas y un pequeño pabellón de aduana.
El puente quedó terminado en 1916, pero su uso se vio limitado por la Guerra Europea hasta el armisticio de 1918. La guerra civil y la segunda Guerra Mundial también hicieron que lo que fue construido para unir se convirtiera muchas veces en un espacio de separación por el cierre de fronteras. Tras la sublevación fascista de 1936 fue un punto de libertad para los que anhelaban un futuro mejor en Europa.
Miles de iruneses cruzaron ese puente hacia Hendaya para huir de la guerra civil. Es el viejo puente Avenida, un paso sobre el Bidasoa levantado en 1916 que, durante medio siglo, unió o separó, según el escenario político, a los ciudadanos de Irun y Hendaya. Ya el año pasado recordamos a Cipriano Larrañaga con motivo del centenario de su muerte, hoy destacamos su clarividencia para impulsar un proyecto que abrió nuevos espacios a la Ciudad.
Fuentes: Archivo de Irun, JPH, Iñaki Larrañaga, Nicolás Aguirre, EL PAÍS.
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