La Ronda Sur avanza con el objetivo de finalizar para comienzos de 2021
En la que será la futura conexión del vial con la trama urbana actual, en la avenida de Euskal Herria, la obra ha entrado ya en la fase de asfaltado
La Ronda Sur es posiblemente la inversión más importante de la ciudad en términos de infraestructuras viarias en más de una década. Llamada a transformar por completo la relación del centro de la ciudad y los barrios del sur con la autopista, esta nueva variante, siquiera en la primera fase que es la que está ahora mismo en construcción, debe ser el complemento perfecto para el nuevo semienlace de la A-8, ya operativo, en Oinaurre. Vehículos que cruzaban el centro de la ciudad para alcanzar la autopista en Ventas hoy pueden acceder desde ese semienlace en la nueva barriada y, cuando la Ronda Sur esté acabada, llegarán desde Larreaundi a este ese punto sin semáforos, pasos de peatones ni paradas de autobús.
Según las previsiones con las que se maneja ahora mismo el área municipal de Obras, el plazo para contar con la nueva carretera apunta a comienzos de 2021. Es el mismo horizonte que en noviembre del pasado año, antes de que la Covid-19 irrumpiera en la sociedad, planteaban la diputada foral de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, y el alcalde de Irun, José Antonio Santano, cuando visitaron la zona, en la que acaban de arrancar los trabajos. El Ayuntamiento es quien ejecuta la construcción, pero hasta 6 millones de los 8,4 que cuesta (incluida la conexión con la trama viaria actual en la avenida de Euskal Herria) los financia el ente foral.
Dos zonas de actuación
El proyecto de la Ronda Sur está dividido, de hecho, en esas dos partes: la carretera que transcurre en paralelo a la A-8 desde Oinaurre hasta, aproximadamente el convento de Egiluze, en Larreaundi, y el ramal de conexión desde ese punto con la avenida de Euskal Herria.
En la primera zona, un vial de 690 metros con una anchura que aunque en principio será de tres carriles tendrá margen para convertirse en cuatro, están ya muy avanzados los movimientos de tierra y los muros anclados que requieren. También se ha completado ya la escollera que preveía el proyecto y están ya construidos los pilotes del estribo del lado sur de la autopista (los del lado norte estarán completados la semana que viene) para el nuevo paso superior incluido en esta obra.
En cuanto a la actuación en el ramal de conexión en la zona de Txenperenea, la rotonda en la que engarzará la nueva infraestructura con el viario urbano existente está ya muy avanzada. Actualmente se están acometiendo las labores de pavimentación en la remozada subida al Convento Egiluze (que requería de ser adaptada dado que su uso aumentará sensiblemente cuando se convierta en la salida/entrada principal del tráfico de la Ronda Sur) y en la bajada de la calle Berio hacia la Avenida de Euskal Herria. Ese nudo de conexión entre los tres viarios mencionados y un cuarto, la calle Miguel de Ambulodi, se está transformando para las nuevas funciones que les esperan toda vez que la variante sur de la ciudad se pueda empezar a utilizar y se ha aprovechado también para replantear y mejorar la circulación de peatones en toda la zona.
El semienlace, sin evaluar
La tardanza foral a la hora de abonar la financiación de la Ronda Sur desacompasó esta obra de la del semienlace. En su momento, el Ayuntamiento advirtió a Diputación que apreciaba que por sí sola, sin la variante, la conexión con la A-8 en Oinaurre podía generar nuevos problemas y más complicados que los que resolviera.
Ahora, con ese pinchazo en la vía de alta capacidad ya operativo, desde el Consistorio indican que «aún es pronto para valorar su impacto. Se abrió durante el confinamiento y el estado de alarma y la recuperación de la movilidad ha coincidido prácticamente con el verano, cuando los desplazamientos no son los habituales», valoran. En cualquier caso no hay dudas en cuanto a que «el semienlace alcanzará todo su sentido con la apertura de la Ronda Sur para, conjuntamente, contribuir a mejorar los accesos y salidas de la ciudad».
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