El Gobierno invertirá 92.000 euros para preservar las termas romanas
Ha licitado una obra, con ese gasto como máximo, para garantizar que los restos se conserven debidamente, aunque seguirán estando ocultos y no serán visitables
- IÑIGO MORONDO | IRUN.
Las termas de Oiasso, lo que de ellas queda en realidad, están llamadas a jugar un importante papel en el museo romano irunés. Elementos del puerto hallado en Santiago ya se ven en el museo desde su apertura en su condición de principal hallazgo arqueológico, pero los restos de las termas, aparecidos precisamente junto a la fachada trasera del edificio, abrían la posibilidad de incorporar al museo el yacimiento al completo.
Los primeros restos de las termas aparecieron en unas excavaciones del año 96, aunque fue en 2002, en paralelo a las obras de construcción del museo, cuando se descubrió la mayor parte y empezó a plantearse la posibilidad de incorporar las termas a Oiasso. No ha sido así. Existe un ambicioso proyecto para integrarlas en el museo actual, incluso un programa de museización que explica lo que fueron y cómo se construyeron . Pero en ningún momento se ha alcanzado la disposición económica necesaria para convertir esos planes en realidades.Ante esa situación, y temerosos de que el paso del tiempo pueda dañar lo que queda de las termas, los responsables municipales han optado por acometer una inversión que garantice, al menos, el buen estado de conservación de estos restos arqueológicos. El Grupo Popular solicitó una partida en 2013 para acometer la actuación, aunque finalmente desistió para buscar la financiación externa. Ayer, cuando anunciaba que la obra ha salido a concurso por 92.000 euros, el alcalde, José Antonio Santano, recordó que finalmente se afrontará «íntegramente con fondos que aportará el Gobierno Vasco».
Los primeros restos de las termas se hallaron en 1996, pero fue en 2002 cuando se desenterró la mayor parte
A la espera del momento
El propio alcalde explicaba que con esta obra se pretende «conservar en el mejor estado posible» los restos de las termas, pero que en ningún caso «las va a hacer visitables», ni siquiera visibles. Seguirán estando ocultas a los ojos de quienes se acerquen al Museo Oiasso y no variará prácticamente la situación actual aunque sí mejorará la durabilidad de la cubierta y su estructura e incrementará la comodidad del trabajo bajo la misma.
«Tenemos un proyecto definitivo para incorporar las termas y que puedan verse», recordaba Santano. «Pero tiene un coste significativo que, de momento, no podemos abordar». Reconoció también que a la hora de valorar el tipo de actuación que sí se podía asumir «nos planteamos realizar una primera fase de ese gran proyecto», de forma que los restos se pudieran incorporar en cierta medida a las visitas al museo. Sin embargo, esa posibilidad quedó descartada «por su alto coste», explicó Santano. Esa segunda opción podría quintuplicar en precio la elegida. Sin embargo, la decisión tomada lleva a pensar que cualquier actuación encaminada a la museización de las termas no está en la parte alta de la lista de las actuaciones previstas.
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