«Debemos exigir políticas públicas contra la violencia»
Marcela Lagarde participó en el programa del 25N de Irun con una conferencia, a la que asistió la directora de Emakunde
- MARÍA JOSÉ ATIENZA
- IRUN
El movimiento feminista latinoamericano e internacional tiene en la antropóloga y catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México Marcela Lagarde una luchadora ejemplar e incansable. El programa organizado por las asociaciones de mujeres irunesas, con motivo del 25N, ha tenido el privilegio de contar con la presencia de esta investigadora y activista, que fue diputada en el Parlamento mexicano y que logró la aprobación de una ley para la protección de la mujer en su país.
Fue Marcela Lagarde quien acuñó el término 'feminicidio' para describir los crímenes de Ciudad Juárez y quien, después de muchos años de lucha contra la opacidad de los gobiernos, logró la creación de una comisión especial en el Congreso mexicano para investigar los asesinatos de mujeres. Ella dirigió, además, la Investigación Diagnóstica sobre Violencia Feminicida en la República Mexicana, a través de la cual se descubrió que el feminicidio no es exclusivo de Ciudad Juárez, sino que ésta es la sexta ciudad del país, en la suma de este tipo de crímenes.
El pasado jueves, en el Centro Cultural Amaia y ante un público numeroso, Marcela Lagarde pronunció la conferencia titulada 'Por una vida libre de violencia para las mujeres'.
El acto fue organizado por Bidasoaldeko Elkarte Feminista y por la asociación Mujeres Jóvenes de Euskadi Lilith y contó con la presencia de Izaskun Landaida, directora de Emakunde. Junto con Landaida, las organizadoras Maritxu San Pedro y Azahara Domínguez acompañaron a Marcela Lagarde durante su exposición en el escenario del Amaia.
La feminista mexicana agradeció la invitación de las asociaciones locales y mencionó su reciente asistencia a la manifestación contra la violencia hacia las mujeres, celebrada el pasado día 7 en Madrid. «Fue una manifestación espléndida y maravillosa para conmovernos y asombrarnos de la conjunción de caminos expresados allí y de las consignas compartidas por decenas de miles de mujeres llegadas de todas partes». Lagarde recordó dos consignas que expresan lo mismo y que constituyen el objetivo de una larga lucha, a la que aún queda mucho camino por recorrer: «'Ni una más' y 'Ni una menos'».
Feminismo contemporáneo
La conferenciante se lamentó de que «a pesar de que vivimos en sociedades democráticas, todavía en muchas se trabaja para el abc del feminismo. ¿Cuándo los poderes pasarán del abc y llegarán al feminismo contemporáneo?» Recordó su trabajo de investigación sobre la opresión de las mujeres en México, «millones de mujeres sujetas a una dominación patriarcal, capitalista y étnica muy severa». Entonces se hablaba de «hechos de violencia». En esa época, «todavía no hablábamos de violencia contra las mujeres». Pero «no es el acto de un energúmeno que se enoja porque una mujer le cambió el canal de la tele, sino que ese energúmeno se puede enojar de esa manera porque tiene el consenso social a ese enojo». Si los estados no actúan ante millones de conductas agresivas hacia las mujeres, «esas conductas tendrán el consenso de los estados».
Hubo que esperar a la Cumbre de Viena del 93 y a la Convención de Belém do Pará del 94 para que se hablara de violencia contra la mujer.
La ley española fue, para Marcela Lagarde, «un referente, porque, por fin, se nombró esa violencia con esa teoría que tanto ha molestado a las fuerzas conservadoras».
Aunque «se están dando pasos importantes», la feminista mexicana insistió en que estamos en condiciones de exigir a los gobiernos políticas públicas contra el grave problema de la violencia de género «para prevenirlo, atenderlo, perseguir el delito, sancionar al que lo comete, reparar el daño y procurar el acceso de las mujeres a la justicia».
Izaskun Landaida, Marcela Lagarde, Azahara Domínguez y Maritxu San Pedro, durante la conferencia de la feminista mexicana. / F. DE LA HERA
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