«Es un compendio divertido de mi obra»
Su pintura abstracta de los años 60 impactó de lleno en la comunidad artística vasca y aún hoy sigue siendo ejemplo de vanguardia artística
José Luis Zumeta inauguró ayer la exposición que la Sala Menchu Gal le dedica este verano
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
La potencia de la obra de José Luis Zumeta llena desde ayer la Sala Menchu Gal. Es una oportunidad para conocer el trabajo actual de uno de los pintores vascos más importantes del último siglo, pero también para conocer las razones que sirven para sostener esa tésis. Está en la exposición una obra con la denominación 'Pintura', una colorista sucesión de rayas horizontales que es una de las muchas similares que Zumeta llevó a una exposición en la Donostia de 1961. No es difícil imaginar que, como indica María José Aranzasti, comisaria de la muestra que se inauguraba ayer, causara «un escándolo en la ciudad». Zumeta continuó explorando líneas creativas de las que se ven ejemplos en la Sala Menchu Gal como la abstracción organicista, las aproximaciones al 'action painting' americano y la tendencia pop. También hay grabados, y serigrafías, impresas éstas en el papel hecho mano del libro 'Oi Biho-tza', editado por su hija Uxoa y del que no hay más que 150 ejemplares, uno de los cuales, está para hojear en esta propuesta expositiva del verano irundarra que hubiera querido ser tan variada y prolífica como el propio autor. Pero eso es imposible.
Su arte, en calles y casas
Aún hoy, Zumeta pinta a diario. Y aún hoy, sigue investigando. Se ha aproximado a la escultura desde distintos ángulos con resultados «muy interesantes», para Aranzasti, que lamenta no haber podido exhibir ninguna de esas piezas monumentales que difícilmente hubieran entrado en este espacio expositivo, «no muy amplio, aunque sí coqueto y muy bien preparado».
'Revisitando a Zumeta', que así se llama la muestra, incluye varias vitrinas, la mayor de todas, dedicada a explicar su vida y su obra desde textos de terceros y fotos de Antxon Elizegi que llevan al visitante a algunos momentos clave en la trayectoria de Zumeta.
Aranzasti le reconoce al usurbildarra una «vocación pedagógica» que no se traduce sólo en enseñar a los más jóvenes. Ha hecho mucho por popularizar el arte contemporáneo a su alrededor, contando para ello con alianzas de valor inestimable. Puede ser ejemplo el diseño que realizó para un tranvía de la red de Bilbao, cuyo boceto está en Irun para quedarse todo el verano. Pero quizá mucho más su extensa colaboración con Mikel Laboa, a quien diseñaba carátulas, CDs e incluso la portada de su libro. Todas esas aportaciones se exhiben también, gracias a las cesiones de Elkar y de la viuda del músico, Marisol Bastida, que también ha proporcionado el retrato del músico que, por primera vez, ha abandonado el hogar familiar.
«No había visto la exposición hasta ahora», decía ayer el propio Zumeta en la inauguración de la muestra. «Es un compendio de mi obra no muy completo por cuestión de espacio, pero divertido, creo. Hay tanto y tan diferente que creo que a la gente le puede gustar».
Conoció la Sala Menchu Gal durante la exposición de Balerdi, «espléndida», la calificó. No pensó entonces que vería sus cuadros en las paredes de este espacio porque «últimamente no quiero exponer, estoy poco estimulado por mostrar mis cosas». Le convenció Aranzasti, pero también que éste le parecía «un local muy interesante. Eso me animó». Aprovechó la oportunidad para recordar un mural que realizó, «por encargo, en el año 68», en los antiguos juzgados de la calle Artaleku. «El tiempo ha pasado y se ha deteriorado mucho. No se ha arreglado y es una pena. Supongo que algún día le tocará una reparación, porque creo que es un mural que conceptualmente está vivo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario