El primer nido para el águila pescadora
La marisma de Plaiaundi desarrolla un programa para que a medio plazo la especie pueda procrear en el humedal
- JAVIER PEÑALBA
- IRUN
El protagonista de esta historia es el águila pescadora. El objetivo, conseguir que, al igual que sucedía antaño, esta espectacular ave vuelva a criar en Gipuzkoa, en las marismas de Plaiaundi, en la bahía de Txingudi. Es un uno de los proyectos que en estos momentos más ilusión despierta. Los medioambientalistas saben que el éxito no está ni mucho menos garantizado, pero si fracasa no va a ser porque no lo hayan intentado una, dos, tres, las veces que sean necesarias.
El proyecto nace al amparo de otra iniciativa similar que hace dos años arrancó en Urdaibai. La reserva vizcaína es escenario, desde 2013, de un proyecto de recuperación de esta rapaz. En una iniciativa financiada por el Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco y la Diputación de Bizkaia, los gestores del proyecto se proveen de pollos nacidos en Escocia que son traídos a Urdaibai donde permanecen hasta que se familiarizan con este espacio y terminan adoptándolo como su lugar de nacimiento. Gracias a esta permanencia, tras la puesta en libertad y su migración a África, que dura dos inviernos, el instinto hace que vuelvan al lugar donde se criaron.
Por el momento, al menos un ejemplar ya ha regresado. Es el primero en completar la migración y retornar al mismo lugar donde había sido criado por los técnicos de Urdaibai Bird Center.
En Gipuzkoa se pretende también beneficiarse de este programa y se acaban de dar los primeros pasos para que las águilas también puedan anidar. En las marismas de Plaiaundi, con el apoyo también del departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, se ha levantado hace un par de semanas la primera plataforma que se coloca en el territorio para una posible reproducción a medio plazo de esas águilas que han sido criadas en Urdaibai. Se trata de un nido artificial compuesto por ramas, palos, algas y un posadero. «Uno de los reclamos más importantes para atraer a las águilas es el nido. Cuanto más grande sea, parece ser que es más fácil que acuda a él. La atracción visual es importante», afirma Alberto Luengo, técnico de la marisma de Txingudi.
De esta forma, cuando los individuos que están criados y luego liberados en la reserva vizcaína regresen, «podrán aprovechar otros espacios próximos como el nuestro para su reproducción. Lo que se pretende es que puedan fijar aquí su residencia para procrear», señala Luengo.
El águila pescadora es un ave que históricamente ha venido utilizando los espacios naturales de la desembocadura del Bidasoa como área de descanso en su migración hacia el sur. «Los individuos que recalan en Plaiaundi provienen principalmente de Escocia, Alemania y Noruega. Su destino es África, países como Senegal o Guinea Bissau. Generalmente, el pico migracional se da en los meses de septiembre y octubre. En primavera, entre marzo y abril regresan al norte. Sus hábitos migratorios se conocen bien, ya que se han realizado estudios gracias a la colocación de GPS», afirma Alberto Luengo.
Este ave estaba presente en los humedales y costas de la península, las últimas parejas desaparecieron en los ochenta. «Existía en todo el Estado y la perdimos. Se extinguió por razones varias, entre ellas la caza y la alteración de los hábitats», afirma Mikel Etxaniz, técnico también de las marismas de Txingudi. Se estima que hoy en día existen varias decenas de parejas en España, la mayoría de ellas en Andalucía y Canarias.
Tras el descenso poblacional, se han llevado a cabo diferentes programas de recuperación. Todos se sustentan en la filiopatria de la especie. «Es decir, tiene una gran fidelidad a su lugar de origen. Si nace aquí, va a tender a volver para reproducirse cuando sea adulta. En esas especies que muestran esta característica, la técnica para su reintroducción consiste en recurrir a poblaciones donantes (por su buen estado de conservación), escogiendo uno de los individuos de la pollada, ya que en muy contadas ocasiones prospera toda la prole. Es un fenómeno relacionado con la competencia entre hermanos, lo que se denomina como cainismo. Estos ejemplares, que probablemente hubieran muerto de forma natural, se llevan a sus áreas de adopción, donde son criados imitando las condiciones naturales», señala Mikel Etxaniz.
Los dos expertos reconocen que si el proyecto de Urdaibai alcanza el éxito que todos desean, no sería extraño que uno de estos individuos termine por colonizar Txingudi. «Para estas águilas, Urdaibai no es un espacio territorial propiamente dicho, en todo caso lo sería la costa vasca o cantábrica. Por ello, no es descartable que en un plazo medio, uno de los ejemplares criado en Bizkaia, busque otras áreas cercanas para procrear. Y dentro de este contexto se entiende que hayamos decido establecer este nido en la plataforma», precisa Luengo.
Frecuentes visitas
El humedal de Txingudi es un espacio bien conocido por las águilas pescadoras. «En la época adecuada, es frecuente ver las evoluciones de individuos de esta especie que se encuentran de paso. Hay ejemplares que pueden pasar hasta un mes entre nosotros. Aprovechan esta estancia para recuperar fuerzas. Cuenta con una buena zona de descanso, aunque no exenta de molestias, como la pirotecnia del aeropuerto o el tránsito de embarcaciones», coinciden en señalar Mikel Etxaniz y Alberto Luengo.
La presencia de ejemplares en Irun ha ido en aumento en los últimos años. «Ahora se ven más águilas que antes. Hace quince años detectábamos entre tres y cuatro durante el periodo postnupcial. Ahora, el número es mayor. ¿Los motivos? Imaginamos que es porque la población ha mejorado y también porque hay más personas observándolas. Hay más cultura y sabemos distinguir mejor las diferentes especies».
Aun cuando las marismas se encuentran en un entorno muy humanizado, los especialistas opinan que las águilas se podrían adaptar. «Se alimentan principalmente de corcones. No capturan peces de fondo. Atrapan individuos que se encuentran cerca de la superficie. Y lo hacen en vuelo; los capturan con las garras. En Plaiaundi se ven cómo pescan. Es todo un espectáculo. Cuando realiza una captura colocan la presa de manera aerodinámica para que no les ofrezca resistencia durante el vuelo. Seguido se retiran a un posadero. Y allí puede pasarse mucho tiempo, horas, hasta que da buena cuenta del pez. Y en ese momento, la gente lo puede ver a placer», señala Mikel Etxaniz. «Son muchas las persona que nos llaman para preguntarnos si hay águilas pescadora y vienen solo para ver sus evoluciones». La reproducción del águila pescadora en Txingudi constituiría un hito.
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