martes, 3 de noviembre de 2015

“La Medalla de Oro de Irun se la merecen también mi esposa y mis compañeros”

Noticia publicada en Diario Noticias de Gipuzkoa, el martes día 3 de Noviembre de 2015.

JOSÉ IGNACIO IRURETAGOYENA EXDIRECTOR DEL INSTITUTO BIDASOA DE IRUN

“La Medalla de Oro de Irun se la merecen también mi esposa y mis compañeros”


Jose Ignacio Iruretagoyena se jubiló hace un mes después de más de cinco décadas como alumno, profesor y luego director del Instituto Bidasoa de FP, en Irun. El día 26 recibirá la Medalla de Oro de su ciudad.

XABIER SAGARZAZU - Martes, 3 de Noviembre de 2015 - Actualizado a las 06:10h

José Ignacio Iruretagoyena, exdirector del Instituto Bidasoa de Irun.
José Ignacio Iruretagoyena, exdirector del Instituto Bidasoa de Irun.

IRUN 
- José Ignacio Iruretagoyena o Irure, como le conocen todos en Irun, se jubiló el 30 de septiembre, el día que cumplió los 70 años. Y dice que lo hizo “por imperativo legal”, porque no le faltaban “ganas e ilusión para seguir” en lo que ha sido la dedicación de una vida, la de alumno primero y luego profesor y director, durante más de cuatro décadas, del Instituto Bidasoa.
La cita para esta entrevista es en el propio instituto, que fue su lugar de trabajo. Aquí sigue viniendo cada día. ¿No se había jubilado?
-Estoy jubilado, sí, pero sigo viniendo para echar una mano a todo el equipo que ahora dirige Alberto Arranz. Aclarándoles dudas, explicándoles cómo hacía tal o cual gestión y demás. Como se diría en la política, estamos en una especie de traspaso de poderes y buscando el eslabón de enlace de una etapa que acaba a otra que empieza. Pero lo hago encantado, porque el Instituto Bidasoa ha sido mi trabajo, mi dedicación y mi pasión de toda una vida. No hubiera podido dejar de venir sin más de un día para otro. Sigo viniendo, ya más relajado y sé que poco a poco tendré que ir dejando de venir. El Pleno del Ayuntamiento aprobó la pasada semana, ya de forma oficial, concederle la Medalla de Oro de la ciudad, que recibirá el día 26 de este mes en un acto solemne. ¿Cómo se siente?
-Para mí ha sido una gran sorpresa que dirección, alumnos, profesores y padres propusieran mi nombre para esta distinción. Estoy emocionado, muy contento y muy orgulloso de recibir la Medalla de Oro de mi ciudad. Jamás hubiera esperado algo así, porque solo me he dedicado a trabajar y darlo todo en el trabajo, junto con el equipo que he tenido a mi alrededor todos estos años. La medalla no es solo mía, sino algo compartido con todas las personas que me han rodeado en mi trabajo, que han metido aquí las mismas horas que yo. Y la otra mitad, sin duda, es mérito de mi mujer, Gema Aramburu, que ha compaginado toda la vida el sacar adelante su negocio, en Behobia, con la crianza y el cuidado de nuestros hijos. Si no fuera por ella, yo nunca hubiera podido hacer, junto con el equipo del Instituto Bidasoa, todo lo que hemos logrado estos años.
¿Qué es lo que más orgulloso le hace sentir de todo lo que han conseguido en estos años?
-Mi mayor orgullo ha sido ver que gente de origen muy humilde venía aquí a estudiar un oficio y luego, al cabo de los años, acababa montando su propia empresa y prosperando en la vida, creando empleo y economía a su alrededor. Cuando yo entré a estudiar en lo que entonces era la Escuela Sindical, con doce años, nos pagaban por venir aquí tres pesetas diarias, 90 al mes, que eran una pequeña ayuda para la familia en aquellos tiempos. Medio siglo después, hemos logrado, entre todos, que el Instituto Bidasoa sea un puntal de la Formación Profesional en Euskadi y un referente en calidad e innovación, no solo aquí sino incluso en el conjunto del Estado. Me satisface ver el cambio que hemos dado. Antes, no hace tanto tiempo, nadie quería venir a estudiar aquí. Ahora, vienen incluso titulados universitarios que quieren hacer un ciclo superior que les dé el conocimiento técnico práctico que no les da la universidad.
¿Qué le dice la gente por la calle?
-En estas últimas semanas he podido darme cuenta de lo que mucha gente me quiere y me aprecia. Sigo recordando a mis alumnos, a todos, por su nombre y apellido. Ellos y sus familiares me paran por la calle y me felicitan. Incluso gente que confiesa que no me conocía pero que me ha visto en la tele o en los periódicos. Estoy muy agradecido y emocionado por todo ese cariño.
¿A qué dedicará el tiempo libre cuando se acabe esta etapa de transición y deje de ir por el Bidasoa?
-Espero poder pasar más tiempo con mi mujer y mi familia, disfrutar de la jubilación. Y tengo en mente algunos proyectos relacionados con la relación entre la educación y la empresa. Y además, me gustaría colaborar en el proyecto de la Formación Profesional Activa que prepara el Gobierno Vasco, para que los viejos profesores transmitamos nuestro conocimientos a los nuevos, de forma similar al MIR en la Sanidad
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