miércoles, 15 de diciembre de 2021

«Viajé durante años por Sudamérica y aprendí mucho de sus artesanos»

Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 15 de Diciembre de 2021.

June Arruti Bernadet | Creaciones de macramé y ganchillo

«Viajé durante años por Sudamérica y aprendí mucho de sus artesanos»

Descubrió el macramé en 2014 y desde entonces dedica buena parte de su tiempo a ello. También se ha aficionado al ganchillo


 June Arruti conoció el mundo del macramé en 2015 y desde entonces no ha parado de crear a través de esta técnica./F.DE LA HERA
 
ANIA M. SEISDEDOS

Macramé es una palabra de origen francés que significa 'nudo' y deriva, a su vez, de la palabra turca 'makrama', que procede del persa, idioma en el que 'mikrama' tiene el mismo significado. Para June Arruti Bernadet el macramé es, sin embargo, esa técnica que le atrapó hace un tiempo y que le ha servido para obtener sustento durante más de cuatro años en los que se ha dedicado a viajar por el mundo.

–June, tú eres irundarra pero esta historia comienza en Barcelona.

–Sí, porque fue allí donde estudié Pedagogía. Un día de 2015 una compañera de trabajo me enseñó una especie de trenza de macramé que ella hacía. Me gustó, le compré una y pensé que quería aprender a hacerlo por mí misma. Así que me puse a buscar en Internet dónde podía comprar el material. Por suerte en Barcelona era fácil adquirir esos productos.

–¿También te resultó fácil aprender?

–Empecé a hacerlo por mi cuenta, porque en ese momento había muy pocos tutoriales en internet. Así que intentaba imitar lo que veía, pero no me salía muy bien. Había algo que fallaba y no entendía qué. Hasta que un día en el metro una señora me dijo que estaba haciendo los nudos al revés. ¡Llevaba así seis meses! (Ríe).

–Tras aquel descubrimiento, ¿le cogiste el truco?

–Sí. A partir de ahí ya fui mejorando, y para cuando empezó a haber bastante movimiento en torno al macramé en las redes sociales, ya sabía hacer los nudos, así que utilizaba lo que veía para inspirarme y hacer cosas nuevas.

«Al hacerse con hilo encerado, el macramé no se estropea, incluso si lo mojas a menudo»

DURADERO

–Para quien no lo conozca, ¿en qué consiste exactamente la técnica del macramé?

–Lo que yo hago, que es principalmente bisutería, consiste en elaborar collares o pulseras a base de nudos: se trata de hacer todo el tiempo el mismo nudo, el básico de los cordones de los zapatos, pero cambiando el lado hacia el que lo haces. En base a eso puedes crear los dibujos que quieras.

–Una de las peculiaridades de los hilos que se utilizan es que están encerados, ¿verdad?

–Eso es. Y gracias a eso el macramé es muy duradero. El hilo no se estropea, incluso aunque lo mojes a menudo. Es verdad que hay piedras que es mejor no mojar, pero también hay collares que son solo de hilos.

–Mencionas las piedras porque se trata de un material que también utilizas mucho en tus creaciones.

–Sí. Además, como sé que a la gente que compra piedras le suele gustar saber más sobre ellas, intento estar informada. Para ello tengo un libro que se llama 'La biblia de las piedras' y que es probablemente uno de los que más piedras semipreciosas reúne. De él saco la información sobre las propiedades de cada una de ellas, las rarezas, el origen... Me gustaría que hubiera más datos sobre cómo se crean, pero al menos cuenta para qué sirven, en qué parte del cuerpo o de la habitación hay que ponerlas para que cumplan su función, cómo hay que cuidarlas o limpiarlas... Es curioso.

–En los últimos años te has dedicado a vender tus creaciones por medio mundo.

–En 2016 me fui a viajar y pasé cuatro años viviendo de vender collares y pulseras. Estuve bastante tiempo en Sudamérica, en Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica. Después volví a Europa y viajé por España, Portugal, Italia y llegué hasta Rumanía, pasando por un montón de países. De ahí fui a Moldavia y Albania y luego a Brasil, pero llegó el confinamiento y tuve que regresar.

–En el camino conocerías a muchos artesanos.

–Sobre todo en Sudamérica, donde son unos cracs haciendo macramé. En Perú por ejemplo son buenísimos, no solo con esto, sino con la artesanía en general. Y en Colombia hacen muchas pulseras de mostacilla, pero también con macramé. Mola muchísimo, porque hay tanta gente que hace cosas que ves de todo: unos que mezclan macramé con alpaca, otros con plata, otros no sé qué... Y vas aprendiendo de todos.

–También tendrás infinitas anécdotas.

–Muchas. Por ejemplo en Marruecos, donde también estuve, pasé por Chefchaouen, un pueblo con mucha artesanía, y encontré la única tienda solo de macramé que he visto. Pero lo hacían con cualquier material, de hecho me querían comprar el hilo a mí (ríe).

«Hago de todo, desde collares muy finos hasta llaveros y fundas para instrumentos»

VARIEDAD

–Además de macramé, también haces ganchillo.

–Es algo que descubrí en Rumanía, porque hacía tanto frío que me puse a hacer ganchillo y me gustó, pero es mucho más lento. –En este caso tejes sobre todo ropa y complementos.

–Sí. Y en el del macramé hago de todo: collares muy delicados con piedras, otros solo con hilos, he hecho fundas para instrumentos, cinturones, dibujos de macramé...

–¿Qué es lo que más vendes?

–Tengo unas pulseras de mariposas que gustan mucho, pero también pendientes, llaveros... Y para chicos, que les suele gustar, pero no se atreven tanto, detallitos para instrumentos, llaveros, fundas de mecheros...

–¿También realizas pedidos personalizados?

–Sí, puedo hacer lo que me pidan.

–Quien lo desee, ¿cómo puede contactar contigo?

–A través de Instagram en el perfil @matrape_macrame.

–Oye, y ¿por qué 'Matrapé'?

–Cuando empecé con esto una amiga me dijo que me veía todo el día haciendo macramé y le contesté que me había atrapado. Y de ahí surgió el nombre.

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