LA IMPLANTACIÓN DEL IRUN 30 DEJA UN BALANCE POSITIVO CON UN ALTO GRADO DE CUMPLIMIENTO EN LA CIUDAD
La gran mayoría de los vehículos que circulan por Irun respetan la limitación de los 30 km/h
Los resultados se han obtenido además sin interponer sanciones económicas ni detracción de puntos a los conductores
Los resultados se han obtenido además sin interponer sanciones económicas ni detracción de puntos a los conductores
La delegada de Movilidad Cristina Laborda ha hecho balance este martes del cumplimiento y de la puesta en marcha del Irun 30, la iniciativa que desde el pasado mes de julio limita a 30 km/h la velocidad máxima en prácticamente todos los viales urbanos. En aquel momento se extendía una normativa que ya entró en vigor en las principales calles y avenidas del centro de Irun en agosto de 2011.
“Desde la ampliación del Irun 30 a casi toda la ciudad, los datos arrojan conclusiones muy positivas, como por ejemplo la práctica desaparición de las velocidades más altas, así como la disminución de los accidentes de tráfico”, explicaba la delegada de Movilidad al comienzo de su intervención.
En ese sentido, hasta la fecha se ha llevado a cabo un estudio que ha permitido controlar las velocidad de un millón de vehículos en la ciudad. Esto ha sido posible gracias a un plan de aforos, es decir, la instalación de un elemento estático (aforador) que durante estos meses ha medido las velocidades de los vehículos en varios puntos de la ciudad. En base a los cálculos realizados por el aforador, se desprende que existe un alto grado de cumplimiento, ya que la gran mayoría del millón de vehículos que ha podido ser analizado respetaba la normativa. “Hemos detectado que casi todos los puntos en los que se ha medido la velocidad, el porcentaje de vehículos que circulaban a más de 35 km/h ha sido muy reducido. Existen no obstante algunas vías que registran todavía unas cifras más elevadas, sobre las que próximamente implantaremos una serie de medidas de sensibilización con elementos visuales u otras actuaciones para calmar el tráfico como reductores de velocidad”, añadía Cristina Laborda.
Asimismo, el aforador ha permitido obtener los porcentajes de los vehículos que circulan a más de 50 km/h, y en este caso, se confirma la tendencia de los primeros meses en cuanto al descenso de las grandes velocidades. En algunos tramos no se ha detectado ningún caso en este límite, y en otros el dato es muy pequeño. “La reducción de puntos en los que transitaban los coches a 50 km/h es uno de los retos que busca el Irun 30 en busca de ralentizar los tráficos y garantizar mayor seguridad para facilitar la convivencia entre el vehículo y la bicicleta en la calzada. Datos objetivos nos permiten por tanto a día de hoy confirmar que el Irun 30 es una ya una realidad en la ciudad que sigue dando buenos resultados”.
Este estudio sigue su curso, y permite por ejemplo calcular la evolución de la medida en puntos concretos. Por ejemplo, en el Paseo Colón en julio de 2011 el 44% de los vehículos circulaba a más de 35 km/h, mientras que en septiembre de 2013 ese porcentaje se había reducido ya a un 14%. Si se atienden las velocidades más altas, aquellas que superan los 50 km/h, los datos de muestran que aproximadamente en ese año y medio de plazo, prácticamente estos registros han desaparecido en el Paseo Colón.
Descenso del número de accidentes
En este sentido, la delegada de Movilidad destacaba que estos buenos datos llegan gracias al cumplimiento por parte de los conductores, aún en la fase de implantación de la medida, en la que no hay contempladas sanciones económicas ni detracción de puntos, siempre y cuando lógicamente no se superan los límites previamente establecidos.
Cabe recordar que la ampliación del Irun 30 a casi toda la ciudad en julio de 2013 vino acompañada de una primera fase de comunicación y sensibilización con la difusión de diversos elementos gráficos repartidos por varios puntos de la ciudad, instalación de señales horizontales y verticales que indicaban la normativa, así como el reparto por parte de la Policía Local de más de 1.200 folletos informativos. Esta campaña prosiguió en octubre de 2013 con diversas acciones para dar a conocer a los conductores las sanciones por incumplimiento de esta medida, y se instalaron también reductores de velocidad.
Señalar igualmente que durante los más de dos años que lleva esta iniciativa en la ciudad, los accidentes se han reducido más de un 33% (de los 404 de 2011 a los 270 de este pasado 2013), y la gravedad de los mismos también ha mermado (pasando de los 13 heridos graves del 2011 a los 3 del pasado año).
En conclusión, Cristina Laborda subrayaba que “todos estos datos demuestran que el Irun 30 está asentado en la ciudad, y fundamentalmente gracias a la concienciación ciudadana en su cumplimiento. Esto abre definitivamente el camino hacia una mejora en la movilidad general de la ciudad; ralentizar los tráficos es una vía directa para garantizar una mayor seguridad en la calzada donde puedan coexistir los vehículos y las bicicletas. Es una fórmula esencial para trabajar por una movilidad más sostenible, aquella que prioriza a viandantes, ciclistas y el uso del transporte público”.
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