domingo, 12 de diciembre de 2021

«Me gusta hacer todo a mano, utilizo las máquinas solo para lo indispensable»

Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 12 de Diciembre de 2021.

Coro Rodríguez Gamero | Encuadernaciones artesanales en 'El taller de la Charo'

«Me gusta hacer todo a mano, utilizo las máquinas solo para lo indispensable»

Aunque lleva tiempo dedicándose a ello, el pasado junio instaló el taller en un local de la calle Fuenterrabía


 Coro abre las puertas de ' El taller de la Charo' de lunes a viernes  de 9.30 a 14.00, excepto los jueves, que acude de 15.30 a 18.30./ FOTO DE LA HERA
 
ANIA M. SEISDEDOS

En la vitrina en la que antaño colocaba los champús, lucen ahora sus libretas, álbumes y láminas. Donde hace años almacenaba las capas que utilizaba para cortar el pelo a sus clientes, ahora guarda las cajas que elabora ella misma. Coro Rodríguez Gamero ocupa actualmente el mismo local de la calle Fuenterrabía en el que durante mucho tiempo regentó una peluquería junto a su padre. Sin embargo, el rótulo no anuncia ya cortes de pelo para hombres; sobre la puerta de entrada luce ahora un letrero en el que se puede leer 'Las encuadernaciones de Charo'.

–Coro, ¿cuándo cambiaste las tijeras por el cartón, la cola y la tela?

–Hace muchos años tenía una peluquería de caballeros con mi padre en este mismo local. Después tuve la mía propia también en esta zona, en El Pinar. Hasta que nació mi segunda hija y decidí hacer un parón en el camino. Pero como nunca me ha gustado dedicarme solamente a la casa, cuando la pequeña creció me metí por casualidad en un taller de encuadernación aquí en Irun.

–¿Por qué de encuadernación?

–No sabría decírtelo. Un día, cuando estaba haciendo recados, vi un cartel acerca de un taller de manualidades en Eskuka y me apunté. Mi profesora Merche Enrique Sánchez me explicó que existía la encuadernación artesanal y que había cursos. La verdad es que me interesó y me apunté. Y, si no me equivoco, fui de las primeras alumnas. Después me inscribí en un taller de costura, que enlacé con un curso de esta modalidad, pero de 300 horas. Este último tenía incluso prácticas.

–Podría decirse que la costura está muy relacionada con la encuadernación artesanal, ¿no es así?

–Sí, porque el interior de las encuadernaciones a menudo se cose. Por ejemplo, en los álbumes. De hecho, es una de las partes que más me gusta y, sin embargo, no se ve.

–Tras aquellos cursos, ¿por qué decidiste dedicar más tiempo a la encuadernación?

–Mi hija mayor, Amanda Jándula, es fotógrafa. Hace unos años tuvo su estudio en la plaza San Juan. Ella me preguntó si me apetecía volver a trabajar, porque podría ofrecer mis álbumes para sus fotos. Así me puse de nuevo en marcha. Empezamos con álbumes de cantineras, las cajas para los álbumes, etc. Allí estuvimos dos años. Después ella trasladó la oficina a su casa y yo seguí trabajando desde la mía también. Pero hacía pocas cosas, principalmente las que ella me pedía.

–Hasta que decidiste volver a este local.

–Era de mi padre y pensé que para estar en casa pagando autónomos sin que nadie me viera, mejor estar aquí, y así de paso daba vida al local. Pero llevo muy poquito, desde junio.

–Habrá sido bonito volver.

–Sí. Y me ha dado la opción de reencontrarme con mucha gente que antes venía a la peluquería y que ahora entra y me pregunta qué es lo que hago aquí.

–¿Y qué les explicas?

–Que 'El taller de la Charo' es un taller de encuadernación artesanal en el que hago álbumes, libretas, portafotos, cajas que pueden servir de joyeros, de estuche o de lo cada uno quiera, etc.

–¿Todo es personalizado?

–Suelo ir haciendo cosas para tener aquí en la tienda, pero trabajo mucho por encargo. Quien quiera un producto personalizado, lo hago encantada. Tengo diferentes modelos y pueden elegir medidas, diseño, las telas...

–Además de encuadernaciones, libretas y cajas, en la estantería veo tazas y láminas de acuarelas.

–Es algo que también me gusta hacer. Suelo pintar láminas con acuarelas y después hago copias y las estampo en tazas, en bolsas de tela, en las portadas de las libretas...

–En este taller apenas hay máquinas.

–Es que trabajo principalmente con las manos. Tengo una guillotina para cortar papel, una prensa para prensar el cartón y un telar con el que coso los pliegos. Todo lo demás está hecho a mano, porque me gusta y además no he aprendido a hacerlo de otra manera.

–Por cierto, tú te llamas Coro, pero el taller es 'de la Charo'.

–En el cursillo de manualidades que hice había otra mujer que se llamaba Charo y muchas veces la profesora se confundía y me llamaba así a mí. Por eso lo puse.

–Ahora estás aquí pero ¿sigues colaborando con Amanda?

–Sí, sí. Sobre todo, ella me encarga a mí álbumes para bodas, comuniones, cantineras, etc.

–¿También ofreces cursillos?

–Sí, me gustaría ir dando cursos. Ahora por ejemplo he sacado uno para aprender a hacer unos recipientes que pueden ser lapiceros, servir para poner una planta, para guardar cosas... Y me gustaría ir sacando más.

–¿En qué horario podemos encontrarte en el taller?

–Entre semana, de 9.30 a 14.00, excepto los jueves, que abro solo por las tardes, de 15.30 a 18.30.

–Además de acercarse hasta aquí, ¿existe la opción de contactar contigo por redes sociales?

–Sí, en Instagram mi perfil es @eltallerdelacharo.

–¿Un deseo para 'El taller de la Charo'?

–Me gustaría estar unos años más aquí, disfrutando de lo que hago. No tengo ninguna prisa, me gusta lo que hago, me gusta que la gente me haga encargos y se vaya contenta, que me digan que les gusta, que es bonito... Solo eso ya es muy satisfactorio. Así que seguiré así y después me jubilaré.

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