Aulas prefabricadas para evitar el virus
Irun. El Colegio Toki Alai de Siutz ha habilitado en su patio unos módulos adaptados para dar clase de modo que se cumpla la distancia de seguridad en las aulas pequeñas
Termina el tiempo de recreo en el colegio Toki Alai de Siutz, en Irun, y los niños vuelven a sus aulas de manera ordenada, en fila india, por turnos y entran por distintas puertas. Algunos alumnos de tercero y cuarto de Primaria no entran en el edificio. Ahora sus aulas están en el patio, dentro de unos módulos prefabricados que se estrenaron el 7 de enero con el fin de liberar espacio en las aulas del edificio y permitir la distancia de seguridad entre pupitres en todos los cursos de Primaria.
«Las clases del primer y segundo ciclo son muy pequeñas», explica Ana Martínez, directora del colegio Toki Alai de Siutz. El tamaño de las gelas no permitía el cumplimiento de las nuevas medidas de seguridad de distanciamiento implantadas en los colegios a raíz de la pandemia. Por ello, el profesorado y la Asociación de padres y madres pidieron al Ayuntamiento y al Departamento de Educación del Gobierno Vasco «una solución inmediata». El Ayuntamiento de Irun en un primer momento propuso cederles diversos locales distribuidos por la ciudad, pero esa alternativa «dificultaría la coordinación de las clases», lamenta la directora, además de provocar la dispersión del alumnado.
Cuatro en vez de seis
Las conversaciones con el Ayuntamiento y Educación habían empezado en septiembre. «Ha sido un proceso largo», explica Martínez. Había que coordinar el trabajo con el Departamento de Educación, que se ocupó de la inversión para adquirir los módulos prefabricados e instalarlos en el recinto escolar, y con el Ayuntamiento de Irun, encargado del mantenimiento del nuevo equipamiento. Así, en diciembre, por fin, llegaron los módulos. Pidieron seis, pero recibieron cuatro.
No obstante, durante las vacaciones navideñas tuvieron que adaptar estos prefabricados para impartir clase en ellos y transportar el mobiliario que exige un aula de Primaria, como pupitres, sillas, estantes, pizarras y una pantalla electrónica, entre otros enseres. Además, hubo que acondicionar estos prefabricados con un sistema de calefacción y aire acondicionado eléctrico.
Los alumnos de tercero y cuarto de Primaria ahora están reubicados en estos módulos y en las aulas de informática y música, que ahora no se pueden utilizar dada la cantidad de material de uso compartido, como instrumentos y ordenadores.
Aulas de 75 metros cuadrados
Los niños están «encantados» con sus nuevas aulas provisionales. «Son mucho más grandes que las que tenían antes», apunta la directora. Han pasado de dar clase en gelas de 33 metros cuadrados a gelas de 75. Los de primero y segundo ciclo también están satisfechos con el cambio. «Los padres nos dicen que llegan a casa comentando lo contentos que están con la reducción de alumnos por clase y con el aumento de espacio que ganan para moverse o poner sus cosas», señala Martínez.
El colegio Toki Alai de Irun alberga un total de 694 alumnos, y, en concreto, el centro de Siutz tiene 432. Los niños de cada curso se dividían −antes del inicio de la pandemia− en tres gelas de 25 alumnos cada una. Ahora se dividen en seis de 12 o 13 alumnos.
Falta de profesores
No obstante, habilitar más aulas implica la necesidad de contar con más docentes. Con las clases partidas el profesorado era escaso, por lo que pidieron a Educación la incorporación del equivalente a «seis profesores y medio (media jornada)». Recibieron cinco y medio. «El medio profesor es el especialista en inglés, que hace 15 horas semanales en lugar de 30, no partimos a nadie por la mitad», aclara y bromea la directora.
Dado que no recibieron los seis docentes que pidieron, tuvieron que reorganizar las horas de cada profesor para poder dar clase a todos los grupos nuevos. «Calculamos minuciosamente las necesidades del colegio a raíz de la pandemia, hemos obtenido respuesta y una solución inmediata», apunta la directora del colegio irundarra.
Eso sí, esta nueva normalidad en el colegio ha puesto en evidencia un problema «que ya venía de años atrás». Cuando acabe la pandemia la idea será quitar los módulos provisionales. Los alumnos volverán a las gelas tradicionales, dentro del edificio. El tamaño de las aulas de primero y segundo de Primaria es muy pequeño para albergar a 25 alumnos. «Necesitamos una solución a medio y largo plazo» que permita mejorar las condiciones de espacio en algunas gelas del colegio. «Los niños agradecen los espacios grandes, se sienten más relajados», advierte la directora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario