El agua potable de Kabuga centra la acción de Behar Bidasoa
Las lluvias torrenciales de este año en Ruanda han sepultado el manantial de captación y destrozado las canalizaciones
Cuando el misionero irunés José Ramón Amunarriz llegó a Kabuga (Ruanda), en 1976, dio prioridad a dos proyectos: abrir alguna vía de comunicación por carretera y canalizar el agua potable para evitar enfermedades de origen hídrico. La ONG Behar Bidasoa tuvo mucho que ver en la realización de aquellos dos sueños, que resultaron vitales para la población de la zona y a los que seguiría una larga lista de proyectos que iban a mejorar la alimentación, la higiene, la sanidad y la educación de los habitantes del polo de desarrollo ruandés.
Uno de aquellos primeros proyectos emprendidos por Amunarriz, la canalización del agua potable, se ha visto destruído por las lluvias torrenciales que asolaron el país africano entre marzo y abril de 2020 y que causaron más de un centenar de muertos, la pérdida de miles de viviendas y graves destrozos en infraestructuras. Llovió sobre mojado, ya que en 2018 Ruanda sufrió otro desastre similar. «Es un país de fuertes lluvias, pero lo de estos últimos años ha sido algo inhabitual», señala Agustín Ugarte, presidente de Behar Bidasoa.
Balance de 2020
La actividad de la ONG durante el segundo semestre de 2020, de la que acaba de hacer balance, ha estado principalmente centrada en obtener fondos para reparar la red de abastecimiento de agua potable de Kabuga. «Los desprendimientos de tierra sepultaron el manantial del que se hacía la captación de agua y las conducciones quedaron destrozadas», explica el presidente deBehar Bidasoa. «Han tenido que buscar nuevos manantiales y han encontrado dos, pero hay que construir seis kilómetros de canalizaciones. Es un problema urgente».
Mientras se resuelve, la población se nutre «del agua de lluvia y de una decena de cisternas que se han instalado en el poblado, pero esa es sólo una solución temporal», añade Ugarte.
La ONG cuenta ya con una subvención de 60.180 euros del Ayuntamiento de Irun para abordar, fundamentalmente, la primera fase de la construcción de la nueva red de abastecimiento.
En el segundo semestre de 2020, Behar Bidasoa ha obtenido, también, subvenciones de los ayuntamientos de Azpeitia (9.940 euros) y Errentería (5.358 euros) y de la Fundación Kutxa (5.704 euros) para el proyecto de construcción de casitas en Kabuga, otro problema acentuado por las lluvias, ya que muchas familias de la zona se quedaron sin un techo bajo el que cobijarse.
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