domingo, 22 de enero de 2012

"El agresor tiene que purgar lo que ha hecho para que la sociedad vea que así no podemos seguir


Juan Plablo Urtizberea, en su domicilio, antes de realizar la entrevista. (Ruben Plaza)

Noticia publicada en Diario Noticias de Gipuzkoa seccjón Sociedad el domingo día 22 de Enero de 2012.

COMIENZA EL JUICIO POR EL ASESINATO DE YASMÍN ZAMIRA

"El agresor tiene que purgar lo que ha hecho para que la sociedad vea que así no podemos seguir"

Juan Pablo Urtizberea Irundarra que resultó herido al tratar de auxiliar a Yasmín Zamira

AITOR ANUNCIBAY - Domingo, 22 de Enero de 2012 - Actualizado a las 08:27h

Mañana comienza el juicio contra Edward Enrique San Clemente, acusado de matar a Yasmín Zamira en Irun la madrugada del 8 de mayo de 2009. El irundarra Juan Pablo Urtizberea se abalanzó sobre el agresor para detener el ataque y, en el forcejeo, recibió dos puñaladas

IRUN. Urtizberea responde a la petición de entrevista con este diario con prontitud y generosidad, el mismo talante que demostró al enfrentarse al agresor que acuchilló a Yasmín Zamira. Recostado en el sofá de su casa, ante la atenta mirada de su pareja, este hombre reflexiona sobre aquel trágico suceso y sus consecuencias, que le llevaron a la primera plana como ejemplo de civismo y arrojo.

¿Mantiene contacto con la hija, la madre y la hermana de Yasmín?

Sí, tenemos muy buena relación. Les quiero mucho a ellas y creo que ellas a mí.

¿Qué sentimientos le han quedado respecto al trágico suceso?

Estoy acostumbrado a llevarlo ahí, no me siento ni bien ni mal. Cuando te has metido en el agujero y lo has padecido, te das cuenta de la tragedia. La Ertzaintza me dijo que el acusado declaró que me había acuchillado porque me metí por medio y no pintaba nada. Pero, ¿hasta dónde llega la vileza humana? ¿Cómo se puede justificar que maten a una persona? ¿Dónde hemos llegado?

¿Continúa presente día a día aquel suceso?

Estoy continuamente recordando aquello. El trágico momento está ahí. No es muy normal que en esas circunstancias alguien se comporte de esa manera. Arrebatar la vida de una persona y casi la de otra no es justificable. No crees que una persona pueda matar a otra por el mero hecho de que quiera hacer su vida. Es tremendo ver el dolor de la familia. Aun asumiendo que sea una cultura diferente, eso no justifica la muerte de nadie.

Y usted se enfrentó al agresor...

Estamos viviendo en una sociedad donde los valores humanos dejan mucho que desear, y lo que no quiero y no debo es perder unos valores. Hay que demostrarlos día a día en la calle y, sobre todo, con la gente de fuera. Todos vivimos juntos en esta jodida sociedad. Si en el estado en el que vivimos, empezamos a separarnos de otros, estamos perdiendo valores. No es justificable que una persona arrebate la vida a otra. Si cada uno ponemos un poco de nuestra forma de ser y pensar para echar una mano, la sociedad sería mejor. Si me quedo en casa, no hago caso a nadie y no salgo en la prensa, haría un flaco favor a la memoria de Yasmín y a su familia. Por eso creo que mi deber como persona es intentar decir a la gente que somos personas civilizadas, que tenemos todas las oportunidades del mundo para vivir bien, pese a todo. No somos dueños de personas. Una mujer no es un pájaro que está enjaulado, es una persona y tiene los mismos sentimientos y derechos que un hombre.

Mañana comienza el juicio en el que deberá testificar. ¿Con qué mentalidad lo afronta?

Son duras estas semanas, que duda cabe. Pero es como el ciclista que sube al Tourmalet y ve la meta. Estoy cansado de tanta historia. El agresor tiene que purgar lo que ha hecho para que la sociedad vea que así no podemos seguir. En lo que llevamos de año ya han muerto seis mujeres a manos de hombres. No lo entiendo.

Cuando vea al agresor, ¿qué cree que pensará usted?

Me resulta indiferente. No tengo inconveniente en verlo. Este tipo de gente me da pena porque no tiene valores. ¿Van a estar toda la vida amargándose y amargando a los demás? Con lo bonito que es convivir en paz con el vecino o el compañero de trabajo. Y él, ¿a la gresca con todo cristo?

¿Que pasó por su cabeza cuando recibió las cuchilladas? No entendí que eran cuchilladas, creía que me estaba golpeando. Cuando terminé de forcejear con él, lo eché para atrás, el tío se levantó y se fue andando tranquilamente. Cuando estaba a unos siete metros y pasaba bajo una farola, vi que tenía un cuchillo. Pensé: ¡Hostia!, pues esto no han sido golpes. Entonces, noté calor en el abdomen y un bulto de la leche. Abrí el plumífero y vi que las vísceras se me estaban saliendo. Me tumbé en el suelo y me puse a esperar. Antes de esto, gracias a dios, cuando crucé la carretera para ayudar suponiendo que era un accidente avisé a un taxista y le dije que llamara a SOS Deiak porque había movida. Pero ni por lo más remoto pensé que podía pasar aquello.

¿No se percató de la gravedad del suceso?

Si hubiese visto que la criatura tenía un cuchillo le hubiese pegado una hostia con el casco de la moto, pero en aquel momento lo dejé a un lado. Al ver una persona encima de otra fui a separarles. Y el tío se enzarzó conmigo. Será tontolaba, pensé. A Yasmín tampoco la vi. Era una persona que estaba en el suelo boca arriba y pensaba que la estaba golpeando. Y va el tío y la mata y a mí me pega dos cuchilladas. Se fue andando tan tranquilo, ttipi-ttapa, sin decir absolutamente nada. Pensé: este hijo de la gran puta me ha matado y se va tan feliz. No entendía nada. ¿Por que?

¿No perdió la consciencia en ningún momento?

No. Venía una persona andando y encima me montó el pollo. No sabía nada. Vio a una mujer yaciendo en el suelo y a mí cerca, y pensó que el culpable era yo. Le enseñé el estómago y me preguntó qué había pasado. Le contesté: un hijo puta me ha metido un cuchillo. Entonces me dijo: tranquilo, tranquilo. Le contesté: qué remedio, corriendo no voy a salir, no te preocupes. Enseguida vinieron las ambulancias y me llevaron al hospital, que estaba muy cerca. El cirujano me explicó que si todo esto pasa más lejos, no lo cuento. Si, por ejemplo, llega a ocurrir en el alto de Gaintxurizketa, ahora estoy en Blaia el cementerio de Irun.

Lógicamente, le habrán quedado evidentes secuelas.

Están ahí. Por un lado, los 25 puntos de sutura. Me ha dejado una cremallera muy curiosa, pero por lo menos lo cuento. Las cicatrices físicas están ahí y las veo todos los días. Cuando me ducho, noto la molestia. El cuchillo me tocó el intestino delgado, el colon y la próstata, además de la espalda. Tengo una costilla rota y, dependiendo de la postura, me duele. De forma inconsciente, no es que me vengan los flashes de aquel momento, pero desde entonces no duermo mucho. El médico me recomendó que fuese a un psicólogo, pero no he ido, no soy muy amigo de eso. Indirectamente, tengo pérdida de sueño y la vida personal me ha cambiado mucho.

¿De qué manera?

Me falta punch. Antes era más activo. Estaba en la asociación de vecinos y en el club del barrio de Ventas. Estoy más motela. He llegado a la conclusión de que no merece la pena discutir por muchas cosas. ¿Eres más que yo? No tengo ningún problema. Discutir, ¿para qué? Antes era más impulsivo. Echo la vista atrás y me digo: ¡Coño!, quién te ha visto y quién te ve. No es miedo ni orgullo, simplemente es que si la otra persona piensa que es feliz teniendo razón, por qué se la voy a quitar. Vive tu vida y disfruta de ella.

La Fiscalía solicita 50 años de prisión

Mañana, una vez que se conforme el jurado popular, el primero en declarar será Edward Enrique San Clemente, el presunto asesino de Yasmín Zamira. Él, quien todavía seguía casado con la víctima aunque no mantenían ya una relación, decidió acabar con su vida el 8 de mayo de 2009. Ambos, de origen colombiano, tenían entonces 37 años. El destino quiso que Urtizberea pasara por allí en ese mismo momento. Al ver qué algo ocurría, el irundarra no dudó en intentar separar a las dos personas que estaban una sobre la otra, sin darse cuenta de que una de ellas llevaba una navaja con la que le asestó dos cuchillas que a punto estuvieron de quitarle la vida. Ahora, el agresor tendrá que enfrentarse a lo largo de dos semanas a las pruebas con las que la Fiscalía y los abogados de las distintas acusaciones que se han personado en el caso tratan de demostrar su culpabilidad. El Ministerio Público solicita nada menos que 50 años de cárcel por unos hechos constitutivos de un delito de asesinato y otro de asesinato en grado de tentativa, además de sendos delitos de amenazas graves, coacciones continuadas, lesiones y contra la seguridad vial.



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