Los deseos para un 2021 lleno de incertidumbre
NUEVO AÑO
Iruneses pertenecientes a sectores fuertemente afectados por la crisis sanitaria cuentan cómo afrontan su trabajo y qué piden a este año
Nadie sabe lo que traerá el 2021, pero lo que está claro es que el deseo de toda la sociedad es que la situación se enderece y se olvide lo más pronto posible el 2020. Diferentes sectores han visto cómo sus negocios han sufrido de lleno la crisis mundial por la pandemia de la Covid-19. En la ciudad, los hosteleros y comerciantes han sufrido el cierre temporal de sus locales, los músicos han visto restringida su actividad en calles y escenarios y los deportistas han vivido la frustración de no poder competir. David Rodríguez, Nekane Arostegi, Garikoitz González Munduate y Ander Elosegi, representantes de estos sectores, esperan que el nuevo año les traiga la normalidad que todos buscan para desarrollar, de manera natural y sin contratiempos, sus profesiones.
La hostelería mira atentamente las nuevas medidas que dictan las instituciones públicas. Las dudas que sobresalen cada semana hacen que se trabaje con incertidumbre y David Rodríguez, del Restaurante Danako, está «siempre pendiente de lo que decidan desde el Gobierno Vasco». Desde que volvieron a los fogones en mayo, después del confinamiento, trabajan «todo el rato a verlas venir».
Además de los propios hosteleros, Rodríguez cree que los clientes salen también perjudicados debido a los cambios constantes. «Es una pelea continua con el cliente, porque son los que están mareados: no saben si pueden venir, alguno todavía me pregunta si puede ir al baño... Todos estamos muy perdidos con tantas medidas. Estamos educando y da la sensación de que vas a perder clientes porque les exiges cosas y entiendo que puedan llegar a cansarse».
David Rodríguez y su mujer, Naiara Abando, compiten en nombre del Restaurante Danako en diferentes concursos que se van organizando. Durante el 2020 apenas se pudieron realizar unos pocos, pero el cocinero admite que les da «vida el hecho de participar, porque tienes la mente ocupada; piensas en cocinar y no en otras cosas». En este sentido, pide que este año «se sigan celebrando» y anima a los hosteleros irundarras a tomar parte, ya que es «un trabajo satisfactorio y te da publicidad».
David Rodríguez le pide al 2021 «un poco de normalidad» y que «poco a poco» les deje «trabajar más», sin medidas «tan estrictas». Con un control de la pandemia y frenando los casos, cree que se logrará «la bendita normalidad».
En palabras del director de la Banda de Música Ciudad de Irun, Garikoitz González Munduate, empezó 2020 «muy bien, con llenos en los conciertos», pero la llegada del confinamiento se les hizo «muy dura», en especial a los músicos veteranos, quienes «han perdido la ilusión» de volver a subirse a un escenario. La agrupación es «como una gran familia, para lo bueno y para lo malo, y el perder el contacto ha sido muy complicado».
La música es una de las vías para poder «despejarse de la rutina, romper la monotonía y animarse», valora Munduate, quien subraya la importancia del público: «El artista sin ellos no es nada y el contacto con la gente se echa en falta». A pesar de un 2020 sin apenas actuaciones, el día de San Pedro pudieron tocar las Dianas en diferentes puntos de la ciudad y el director recuerda aquella jornada con emoción. «Tocamos en la plaza San Juan la Diana y el Himno de San Marcial y fue un momento muy emocionante. El concierto en los arkupes es la cita culmen del año; es un día muy importante para los músicos, tenemos la cita marcado en rojo».
Garikoitz González Munduate espera que en 2021 puedan «hacer algo más que en 2020». De momento, no tienen definido el calendario de actuaciones, pero la vuelta a los escenarios cree que debería producirse en el Centro Cultural Amaia. «Es más fácil poder empezar ahí, con aforo controlado, que en la calle». Munduate quiere volver a coger la batuta y juntarse, «aunque sea en pequeños grupos o media Banda para empezar a ensayar, dar conciertos, pensar en nuevos formatos... No sé si volveremos a la normalidad de antes, pero sí queremos empezar con la rutina que teníamos».
Los comercios, junto a la hostelería, han visto cómo de la noche a la mañana han tenido que bajar la persiana temporalmente. Este hecho no ha ayudado a la economía de la empresa y muchos han tenido que cerrar para siempre. Para Nekane Arostegi, de Boutique Nekane, el 2020 ha sido «un desastre».
El Ayuntamiento sacó en verano y en otoño las primeras dos campañas de los bonos Irun Aurrera, que buscaban impulsar el consumo en la ciudad. «Han incentivado un poco al cliente para consumir. Vendría bien volver a ponerlos, en marcha ya que sería un empujón». Arostegi asegura que el hecho de que la situación se esté alargando en el tiempo hace que «cualquier ayuda sea buena».
Además, añade que al sector de la ropa y el calzado le influye, en gran medida, que no se haga apenas vida social. «A la hora de vestir necesitamos tener esa relación con la gente, porque si no no hay tanta necesidad de consumir». Ha habido una leve mejoría durante la campaña de Navidad, pero aún «no hay ambiente de consumo».
A pesar de la expectación creada con la llegada de la vacuna, Nekane Arostegi cree que el primer semestre del año «será similar al 2020». Vaticina que «a partir del verano y comienzo del otoño» puede haber «un resurgir muy lento, pero todo lo que sea mejorar estará bien». Para el nuevo año pide «salud y trabajo, al menos lo suficiente como para poder seguir y que sirva para cubrir gastos, y después poco a poco seguir creciendo, porque no tengo duda de que esto mejorará con el tiempo y veremos el 2022 con más ilusión».
El piragüista irundarra Ander Elosegi iba a disputar el verano pasado en Tokio sus cuartos Juegos Olímpicos, tras Pekín, Londres y Río. La cita se aplazó a 2021 y los deportistas tienen «cierta incertidumbre, ya que nadie te puede asegurar que se vayan a hacer o no. De momento, todo apunta a que sí y todos esperamos que así sea».
Elosegi admite que la situación «es rara y especial», pero añade que se debe preparar «lo mejor posible», teniendo como objetivo llegar en plenas condiciones a la capital nipona. De hecho, hoy mismo parte hacia las Islas Reunión, al este de Madagascar, ya que las aguas y el clima del océano Índico son adecuadas para su correcta preparación. «La situación en este momento es bastante normal, ya que en esta época del año no solemos tener mucha actividad de competición, pero sí que entrenamos».
En lo deportivo, Ander Elosegi no se moja de cara a 2021, pero lo que sí pide es que «se normalice la situación y que salgamos de esta lo antes y lo mejor posible». Ese es el deseo de toda la sociedad para el nuevo año. Ojalá se cumpla.
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